HONESTIDAD

La honestidad es una virtud.

En función de esta consideración, me obligo a mi mismo en ser honesto.

Honesto íntegramente, en lo que pienso, en lo que digo, en mi postura intelectual, y en mis relaciones humanas.

Por eso, anoche, en una conversación de 4 horas con un hombre talentoso y brillante, que radica en Francia pero que afortunadamente está de visita en Montevideo, como yo, retomamos un contacto directo que no se daba desde hace más de tres décadas.

Fue en cierto sentido, una fiesta del espíritu. Recordamos cosas vividas, y especialmente recorrimos varios temas sobre los que le pedí su sabia y ponderada opinión. No en vano tiene 85 años, pero con una mente estupendamente lúcida y maravillosamente pensante.

Mi amigo no es cualquiera, tiene una larga trayectoria teológico-pastoral, pero también como experto en Psicología. 

Eso llevó a que me preguntara por mi vida. Tracé a grandes rasgos los hechos más importantes de los años más recientes, y mi estado actual de soledad.

Y en referencia a una persona en particular, que ha sido gravitante en mi existencia en los últimos cinco años, me dijo algo que me llenó de alegría y satisfacción, y a la vez me hizo sentir mal conmigo mismo.

Me afirmó que esa persona es honesta, y a lo largo de la conversación, varias veces me repitió ese concepto, de honestidad y sinceridad. Y si bien había cometido errores, los mismos no eran por mala voluntad y volvía a insistir en su honestidad.

Debo confesar públicamente que en determinado momento, llevado por las circunstancias, pensé que no lo era para conmigo. Que me ocultaba algo. Pero no. No es así. Es íntegra, es honesta --como yo quería que fuera-- es bien.

Hay un problema de por medio --que no voy a indicar aquí-- que explica sus actitudes erráticas, y dificiles de entender por mi parte. Pero su honestidad está intacta.

Sin el permiso expreso de esta persona, no quiero nombrarla, a pesar de que en un momento puse en este mismo blog su nombre completo y dije que terminaba mi relación profesional y personal.

Aún espero, que nuestra relación a esos dos niveles se vuelva a dar. En lo profesional no hay ningún problema, en lo personal, hay una variante fundamental, pero acepto esa variante.

De esto, quería dejar constancia. Si la persona me escribiese y me diese su autorización, pondría gustoso aqui su nombre completo y su foto actual.

Después de todo, sería una justa y debida restitución.

enigma
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