SINCERIDAD A CARTA CABAL

Tal vez algunos/as de ustedes hayan quedado algo sorprendidos por mi último artículo ubicado en este blog, que bien podría titularse: hombre busca mujer.

Y digo simplemente tal vez, porque la sorpresa no puede ser por el hecho de la búsqueda en sí, sino por pedir y reclamar comunicación, y por la descripción física que hago de la persona tal cual la quiero.

Me ha parecido en primer lugar que lo he hecho con correctísimos términos de nuestra rica lengua española, sin rebajarme a ningún categorema que pudiese sonar soez o insultante. Jamás recurro a tales expresiones.

En segundo lugar, lo hice con total sinceridad. No he andado con ambages, he dicho honestamente lo que quiero, cómo quiero que sea físicamente la mujer que deseo tener conmigo. 

Y me pareció correcto definirla, por un lado para establecer un filtro básico. Quien no reúna esas condiciones, más la de personalidad mencionada en un artículo anterior, desista de ponerse en contacto conmigo. No quiero hacerle perder el tiempo a nadie, ni perderlo yo.

En segundo lugar, porque así soy yo. Tal vez demasiado sincero y franco. Nada hipócrita, nada diplomático. Hablar claramente. Como nos enseñó Emmanuel  “que tu hablar sea si, si, no, no, porque lo que es más de eso, de mal procede”.  

Hablar claro, directamente, es pues una virtud, no un defecto. 

Y yo me amparo en esa virtud para decir las cosas como son. Y más cuando quiero definir al tipo de  mujer que quiero tener a mi lado.

¿Me he puesto en muy exigente o difícil?  No lo creo. Hay muchísimas mujeres que pueden cumplir con los parámetros que yo busco, tanto en personalidad como en figura. 

Por supuesto que la edad hace lo suyo. No puedo pretender que una mujer de 55 o 60 luzca como una de 30, pero también conozco mujeres que en sus 45 y 55 son realmente hermosamente maduras. Su madurez les añade un “plus” que no tienen las más jóvenes.

Estimadísimas lectoras, déjenme creer que me leen. Háganme saber que me han leído. No teman escribirme, y díganme de ustedes. 

Tal vez alguien me podría decir que estaría dispuesta a escribirme si no existiera la exigencia de que tiene que venir a vivir conmigo en Estados Unidos.  Bueno, dependiendo de dónde esté esa persona,  estoy abierto a considerar un país de alternativa. Pero habrá que ver qué país, qué ciudad, y estudiar los parámetros de criminalidad que la aquejan, de nivel cultural, etc. etc.

En cuanto se pueda desarrollar una vida pacífica y tranquila, sin sobresaltos, lo cual no quiere decir andar al descuido, todo es posible. Porque el amor puede lo que no puede ninguna otra cosa. Pero….primero esa persona tendrá que llegar a apoderarse de mi corazón.

Porque lo que cuenta esencialmente, es el despertar de ese sentimiento maravilloso y excelso, como no hay otro. Ese sentimiento que nos singulariza como seres humanos. 

El amor es capaz de vencer toda barrera, cuando realmente le es tal. Distancias, edades, idiomas, situaciones personales que pueden modificarse. Cuando hay verdaderamente amor, se allana el camino para hacer viable lo que es posible.

Yo espero encontrar ese amor, y que alguien despierte ese amor en mi. Y mi respuesta es darme el todo por el todo. Asi soy. 

Bueno. Quien quiera saber más de mi; quien haya leído todo mi blog desde su comienzo y aún tenga interrogantes o dudas respecto de cómo pienso, siento y soy,  que me escriba a: 
enigma 0458@gmail.com
Tengo enormes ansias de dar y recibir felicidad, de andar por el mundo, de viajar, de conocer gentes y lugares, y también  de tener solaz en la quietud y serenidad del hogar, en un parque, una playa, el disfrute de una buena música, una película o una exhibición de cuadros o fotografías.

enigma
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