Consecuente con mis palabras, este sábado 16, anticipándome a mi cumpleaños que es el 20 de Agosto, decidí reunir en mi casa a un grupo de amigas y amigos.
Y realmente entre todos, disfrutamos estar juntos, poder reencontrarnos, dialogar, compartir las delicias de una mesa que intenté estuviese bien puesta y fuese del agrado de mis comensales.
Y así realmente pasé un gratísimo momento, que duró dos horas y media.
Mi gratitud a quienes me acompañaron, y la reflexión una vez más, de la hermosura que es la amistad, y el valor que tiene encontrarse, acompañarse, platicar.
Yo he celebrado otros cumpleaños solo con mi esposa, o cuando estaban cerca, con mi hijo y su familia.
Pero esta fue una celebración especial, para una fecha muy particular. Me pareció lógico invitar a amigos que hacía mucho tiempo no veía.
Es en el elcuentro personal, en el dialogar, en el mirarse a la cara, en el decir espontáneo, en el compartir cosas que de otra manera de pronto no se escribirían en la internet ni enviarían por correo electrónico, cuando realmente somos más humanos, cuando nos evadimos del "escudo" cibernético.
Pero parecería que hay personas que necesitan tomar impulso, tener coraje, arriesgar, romper yugos, o finalmente decidirse, para tener un encuentro personal, sin ataduras, sin miedos, y hacerlo realidad.
Hay personas que lamentablemente sólo se comunican a distancia, por alguna red social y de vez en cuando por correo electrónico, y se esconden tras esos medios, para evitar en lo posible el diálogo, la cita alma a alma, corazón a corazón.
Es más facil evadirse, es más facil bloquear, es más fácil huir que recuperar la dimensión humana total, tal cual es y corresponde.
Por eso, celebro este reencuentro con amigos, y este festejo de mi cumpleaños.
Y agradezco al Ser en Si, haber llegado tan bien a la edad que tengo, estar tan en condiciones, y ser capaz de realizar tareas que demandan en lo físico cuanto en lo intelectual.
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