Y no me refiero a que países distintos han gestado una cultura diferente aunque el idioma sea el mismo.
Me refiero a conocer de tal manera a una persona, que se puede verdaderamente confiar en ella, que se puede interpretar casi hasta su mínimo gesto, inflexión de la voz, o subrayado en un escrito.
Entender así planteado, es conocer al otro o a la otra. Es aceptar de buena fe lo que nos dice, y tomarlo a derechas, sin pre-juicios, sin dudas, sin pensamiento retorcido que termina por atribuirle a la persona de marras, intenciones que jamás han pasado por su mente.
Una de las experiencias más desagradables que me ha tocado vivir, y que me sigue tocando vivir con algunas personas, es justamente esa de que uno dice algo, y es interpretado de una manera totalmente diferente, opuesta y contradictoria respecto a lo que es la más sincera y firme voluntad o convicción propia.
La situación llega a ser tal, que --si no fuera porque es seria-- daría para una comedia o un sainete. Porque cae en el más profundo absurdo y en el ridículo total.
Supongamos que a mi me preocupa la salud de alguien. Pues se interpreta como que uso mi preocupación como excusa para cierto propósito, y se llega a tildar eso de "vil". ¡Es terrible! ¿se dan cuenta?
O supongamos que quiero escribir una serie de artículos sobre un tema de mi interés y manejo profesional, y alguien me dice ¡"quieres plagiarme"!. Como si el mero hecho de escribir artículos fuese en sí una actividad plagiaria....Es algo así como si Ford le hubiese dicho a Chevrolet "¿así que tú quieres fabricar autos? eso es un plagio".
No, nadie tiene la erxclusividad de la idea de un auto, o de una serie de artículos para acusar a nadie de plagio. Plagio es cuando variando alguna palabra, se copia casi textualmente un texto y se le pone la firma de uno. Eso es plagio.
Pero cuando se trata de una actividad hecha con honestidad, con sinceridad, la preocupación por la salud de alguien, el querer ayudar, el escribir sobre ciertos temas, y tantas otras cosas que uno puede hacer, tienen y deben ser vistas con simplicidad, sin buscarle cinco patas al gato.
Sin embargo, hay personas que proceden de esa manera. Y créanme que las sufro. No les atribuyo mala intención, pero francamente hacen daño con sus actitudes, aunque yo creo que ¡ni de eso se dan cuenta!.
Por eso digo que lo fundamental para entenderse es la confianza mutua. Es tomar a alguien a derechas, sin pensar en intenciones ocultas, sin prejuicios, y obrar en consecuencia.
Tengo la fortuna y la bendición de contar con un gran número de amigos y amigas, que me conocen muy bien, que saben cómo soy, que saben que soy directo, espontáneo y transparente, y que jamás les he dado que pensar retorcidamente acerca de lo que digo o de mis intenciones, en el plano que sea.
A veces --les confieso-- me asombro de cuánto me quiere la gente que llega a conocerme bien. Pero me siento satisfecho de ser capaz de despertar ese cariño.
Y otros que no me tratan tanto, a través de lugares como Facebook, me dan muestras de consideración y respeto.
Es que esa es la única manera de tratarse adecuadamente, es la única manera de ser gente.
Digo estas cosas, para ayudar a que quienes tienen esas actitudes irracionales y extrañas, donde se les ocurre pensar cosas raras, mediten un poco y se den cuenta de cuán equivocados/as están, y corrijan el rumbo. Porque de esa manera, nada van a conseguir, como no sea perder amistades.
Yo en lo personal valoro y cuido a cada amigo/a. No me gusta perderles, no me gusta que se vayan de mi círculo, porque les quiero, les respeto, me gusta tenerles conmigo. Aguardo simplemente, reciprocidad.
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