No siempre las cosas suceden y van tal cual las queremos o bosquejamos. Cuando dependen de uno mismo, serán lo que queremos sean a poco que nos dediquemos con ahínco y decisión a hacerlas realidad. Cuando depende de otros, un proyecto puede torcerse, o quedar en la nada.
Tengo dos experiencias personales al respecto, a cual más frustrante. Sobre todo porque uno pone todas sus cartas en juego, confiando en las otras partes, y es cuando estas fallan y arruinan todo, que uno queda verdaderamente defraudado, desconcertado y desalentado.
Una experiencia, la más trascendente, ha sido un proyecto de vida. Luego de quedar viudo, el amor intenso, firme y sostenido por una mujer, me llevó a pensar en un proyecto de vida, que inclusive iba a determinar que me radicara en otro país, dejando Estados Unidos. Y eso es mucho decir, pero el amor no es una cuestión de cálculo o de conveniencia, es lo que nos dicta nuestra conciencia.
Sin embargo, la persona involucrada decidió dar marcha atrás a todo, y me dejó pagando... como suele decirse. O sea el costo animico-espiritual de esa falta de cooperación para hacer que el proyecto funcionara y fructificara, aún lo estoy pagando, y la persona no lo sabe o prefiere hacer que no lo sabe, y no quiere asumir la responsabilidad que le corresponde.Lamentable.
La otra experiencia tuvo que ver con una actividad cultural a desarrollarse en Montevideo, que comenzó por una charla que di. A partir de la misma se creó el ambiente propicio para que una vez por mes un grupo de personas interesadas se reuniera. La experiencia iba a ser única, nunca antes se hizo algo así en Uruguay, y podía tener consecuencias estupendas. Pero quien quiso asumir la responsabilidad de convocar a las reuniones se frenó en dar los pasos que había que dar ya que hasta el local estaba conseguido.
De hecho, yo desde Estados Unidos y telefónicamente hice las gestiones para que se convocara a un primer encuentro, y todo estaba listo cuando la persona que iba a hacer las gestiones se ofendió por mi iniciativa y se retiró. Las otras, que como quien dice "balconeaban" la iniciativa pero ninguna estaba decidida a comprometerse a fondo, hicieron mutis por el foro. Eso me demostró que actualmente en Uruguay no se puede llevar acabo una actividad con ese perfil, y si no, hay que contar con otra gente. La que estaba, se diluyó como aspirina en el agua.
Cuando se aborda un emprendimiento hay que hacerlo con convicción primero que nada, y luego hacerse de tiempo, asumir responsabilidades y demostrar todo ello en acciones concretas.
Todo esto me ha llevado a hacer un giro que creo terminará siendo de 180 grados en mi vida. Porque por décadas estuve dado a un tema y a múltiples proyectos dentro del mismo que fui concretando uno a uno de todo lo cual me siento legítimamente orgulloso.
Pero el tema está agotado. Considero haber llegado al punto en que he obtenido la respuesta que busqué cuando lo inicié. El camino hecho me ha servido para llegar a esa respuesta.
Entonces ahora he cambiado de tema, y me he inclinado por uno permanente, de gran proyección social, de interés para toda persona. Un tema universal. Y a eso le estoy dedicando algo de mi tiempo.
Ya he empezado a andar, y surgen --afortunadamente-- las personas amigas que están contribuyendo voluntariamente con mi iniciativa, y que la harán mucho mejor aún.
Una demostración de que siempre que se quiere algo, se puede hacerlo realidad.
También una demostración de que las amistades no fallan, cuando realmente son tales.
Yo desde aqui les exhorto a examinar sus vidas. A ver qué proyectos no funcionaron y por qué, y a plantearse nuevos proyectos, nuevos planes, dedicarse a ellos y desarrollarlos. Nunca se sabe el alcance y las consecuencias benéficas que pueden tener.
Les deseo tanto éxito como me lo deseo a mi mismo.
enigma
Textos protegidos por derechos de autor
No comments:
Post a Comment