Wednesday, June 17, 2009

LOS NIÑOS: NUESTROS MAYORES (III)


No importa dónde ocurre: si el niño que sufre de hambruna está en Níger.

Si el que lleva una ametralladora casi tan grande como su cuerpo está en el Congo.

Si el pequeño picapedrero está en la India. Si la niñita lavandera está en Filipinas. Y si la explotación y tráfico sexual de niñas y niños ocurre en Tailandia.

Lo que nos debe tocar a fondo nuestras conciencias, lo que debemos deplorar visceralmente, lo que debe sublevarnos, es que en pleno Siglo XXI, aún existen esas lacras sociales en nuestro planeta único.

Niños explotados como soldados, se les ha encontrado también en Tailandia, y son entrenados como tales por radicales islámicos, de la misma manera que Hitler tuvo su ejército de niños, y Mussolini sus "balilla".

El repudiable tráfico de armas, los señores de la guerra, que viven de la muerte ajena, son los que hacen posible que hasta pequeños niños, no tengan en sus manos un arma de juguete, sino una de verdad, y aprendan a matar, y a sobrevivir baldados por el estallido de una mina antipersonal, contra lo cual luchó tanto la extinta Princesa Diana, y lucha hoy Angelina Jolie.

La explotación de niños para trabajos que correponden a adultos, donde además son esclavos, viven, comen, duermen y laboran en locales totalmente insalubres es algo común en la India y en otros países.

Y lo más abyecto de todo: la explotación sexual de niños y niñas tan pequeños como de 3 y más años de edad, en Tailandia, en Las Filipinas. Donde mayores, incluídas mujeres, obligan a esos pequeños a ejercer la prostitución, para que bestias degeneradas (porque no se les puede llamar seres humanos) vayan a satisfacer sus retorcidos bajos instintos. Todo por el miserable dinero.

Y a esto se agrega el tráfico de niños con iguales propósitos, y la venta de niños, donde interviene inclusive personal de la salud corrupto, que se ofrece a hacer los contactos y que saca una "comisión" por el favor hecho a terceros.

Una situación que se vive también en América Latina.

Pero nadie piense que el abuso sexual de niños, la pornografía infantil que ha llegado incluso a usar la internet, se da en países donde existe extrema pobreza.

También se da entre aristócratas de países europeos. ¿Ya nos hemos olvidado de cuando hace pocos años fueron detenidos varios individuos que ocupaban lugares importantes en la sociedad belga (empresarios, banqueros, etc) por ser consumidores de pornografía infantil, y pertenecer a redes de producción y tráfico de ese material?

Y la corrupción y degeneración del ser humano, llega a su expresión más antagónica, inadmisible, y concupiscente, en el caso de la pedofilia de la que han sido acusados sacerdotes católicos en diversos países del mundo, que ha significado un bochorno total para la Iglesia, y le ha costado miles de millones de dólares en una reparación de daños, que lo que más intenta, es salvarle la cara a la propia Iglesia.

El abuso de niños por parte de sacerdotes, es tal vez la imagen más patente de lo bajo que ha caído moralmente la especie humana. Los degenerados con ropaje eclesiástico, son la expresión más cruel de la hipocresía de que son capaces los llamados "mayores".

Desde este blog, denuncio vehementemente todas esas situaciones donde los niños son vejados, abusados, explotados, torturados, traficados, y hasta finalmente, baldados o muertos.

Desde este blog denuncio a todos los padres y madres infames, que son capaces de castigar brutalmente a sus hijitos pequeños, aplicándoles golpes en todas las partes del cuerpo, y especialmente en la cabeza, causándoles lesiones irreparables.

Desde aquí denuncio a las madres biológicas, pero desnaturalizadas, que son capaces de vender a la criatura que tuvo nueve meses en su vientre, como si fuera una cosa, por una suma de dinero, siempre miserable, frente al valor intrínseco de un ser humano, como lo es la criatura vendida, o traficada.

Y también cabe denunciar las formas más sofisticadas de explotación de la niñez.

Ah! de esas madres con poca inteligencia y menos reparos morales, que son capaces de hacer que su niñita de 6 años se vista como una mujer adulta, se pinte y maquille como tal, y baile y se mueva provocativamente, para ganar algún concurso, o desfilar en carnaval.

A los niños les debemos primero que nada protección, alimento, vestimenta, educación, y por sobre todo, amor, cariño, respeto.

Ellos tienen mucho más para darnos que simple dinero. Ellos nos dan ejemplo de vida.

Ellos tienen mucho para enseñarnos cómo ser más humanos, y menos bestias, o degenerados.

Ellos definitivamente, son nuestros maestros, y nosotros deberíamos tener la humidad de aprender de ellos en lo esencial.




enigma

No comments:

Post a Comment