Desintoxicacion es un palabra muy larga. Aquí en Estados Unidos la abrevian diciendo "detox".
Me refiero a una desintoxicación anímico-intelectual. No a una física, del aparato digestivo, o cosa similar.
Hace años, recuerdo, estando en Montevideo, tenía por costumbre leer cierta publicación. De pronto hubo un cambio en su plana mayor, y comenzó a pretender seguir siendo la misma, pero su tono se volvió vitriólico, pesado, impulsando agendas ideológicamente muy sesgadas, criticando a diestra y siniesta a todo quien no se aviniera a su forma de pensar, o más bien al pensamiento de quienes la escribían.
Entonces, decidí que lo más util para mantener mi salud mental era dejar de leer dicha publicación, y cuando lo hice, anímicamente, en mi relación con otras personas, y conmigo mismo, me empecé a sentir mucho mejor.
Hay que tener a veces la perspicacia, la definida voluntad, y finalmente la sabiduría de decir no, y de cerrarle la puerta a cosas que si nos penetran, nos dañan. Nos dañan mental y espritualmente. Nos envenenan, son como una droga maligna.
Así me ha pasado hace un tiempo con un blog.
Comencé a leerlo con fuición. Me gustaba, me encontraba con un nivel intelectual adecuado, y con pensamiento fresco, lindo, agradable, con prosa inspirada, con poesías bien elegidas.
Pero poco a poco, eso se fue convirtiendo en un vicio. Y luego, se tornó peor cuando sospeché y confirmé que ciertas cosas publicadas, eran en realidad mensajes dirigidos a mi persona.
Luego de ciertos sucesos a los que no vale la pena referirse, el blog sigue ahí, y dos por tres hay alguna poesía, o alguna cancion, cuya letra es reproducida in extenso, y uno se queda pensando: ¿es simplemente el deseo de compartir algo, o esto tiene un destinatario?
Y francamente, ha llegado un punto en que --como aquella publicación montevideana-- he tenido que tomar con lucidez, una decisión. Una decisión conveniente a mi salud anímica, y espiritual. Y la he tomado.
Podrá haber en ese blog lo que sea. No lo voy a leer más. No vale la pena. Sólo me añade preocupaciones que no tengo por qué tener, dudas, interrogantes que no van a tener respuesta válida, y a veces me resulta como un juego maquiavélico.
He decidido entonces decir ¡basta!
Esto también es un ejemplo de desintoxicación.
A veces es no sólo util, sino necesario hacerlo, para no dejar de ser uno mismo.
Son pasos para el ejercicio de una auténtica libertad.
enigma
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