Cualquiera de Uds. dirá ante este título. ¿qué novedad?
Un momentito….seamos honestos, ¿cuántas veces al día, o a la semana, o al mes, pensamos que la vida es efímera? ¡Nunca!, o casi nunca.
Damos por sentado y seguro que mañana viviremos otro día, y que vamos a estar muy bien y que podremos llevar a cabo nuestros planes, etc. etc.
Y de golpe, alguien a nuestro alrededor, un padre, una madre, un hermano, la esposa, un hijo, o nosotros mismos, nos enfermamos, y debemos ir al médico, y tenemos que guardar reposo, y tomar una serie de medicamentos y de precauciones.
Así, en cuestión de horas, se nos modificaron todos los planes, se nos vinieron abajo todas las citas en nuestra agenda, todos nuestros compromisos profesionales. Ah! ¡pero somos nosotros al fin y al cabo, y contamos, e importamos!.
Y debemos atender a quienes están enfermos, a quienes están padeciendo de pronto un grave mal. Y nos quita horas a nuestro descanso, y no podemos salir a pasear y a distraernos, y no podemos hacer planes con amigos, porque debemos estar a su lado cuidándoles. Y eso también trastorna nuestra vida y nuestras agendas.
¡Pero es la vida de un ser querido!
Y cuando se está con algunos familiares enfermos, debiendo sobrellevar esa situación, y se frecuentan más de lo deseado los consultorios médicos, las entradas de emergencia a un hospital, y se ven otros cuadros de dolor y angustia humanos, entonces comprendemos lo efímera que es nuestra existencia.
Y justamente por ser efímera, hay que rever nuestra valoración de la misma.
Hay que vivir intensamente el hoy, porque no sabemos qué podrá pasar mañana.
Si quisiste hacer algo, hazlo hoy. Si debiste pedir perdón, hazlo hoy. Si tienes que reconciliarte con alguien, no lo dejes para mañana, puede ser tarde.
Si estás enamorado/a vive tu amor hoy, encuéntrate con tu pareja, y disfruta la mutua compañía. No lo dejes para mañana, ¡pues puede ser nunca!
Hay oportunidades que se dan en la vida una sola vez, y si no, se pierden para siempre.
Cuando has asido una de esas oportunidades, no dejes que se te escape de tus manos. Recuerda aquello de “más vale pájaro en mano que cien volando”.
Y aquello otro de “la suerte no llama dos veces”.
La existencia es efímera: no pierdas tu tiempo, ni se lo hagas perder a otro/a.
enigma
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