Monday, April 5, 2010

LA POESÍA NO ESTÁ MUERTA…PERO ESTÁ SUSPENDIDA

Tal vez ustedes se pregunten, --o tal vez no— por qué no aparecen poesías mías, como tantas veces he publicado.

Bueno, no es tan así. Recientemente publiqué “No te abatas alma mía”, y tiene mucho que ver con lo que me está ocurriendo.

Pero mis mejores poesías siempre han necesitado de un motivo inspirador que en estos momentos ha desaparecido.

Y hasta que no reaparezca, es prácticamente imposible para mi sentirme inspirado como para echar unos versos, o sin versos, al menos, un decir poético aunque no rime, que exprese sentires profundos, sentires del corazón.

Me he llamado a una concentración en la cual vivo intensamente las horas de cada día, dándome el todo por el todo para que el ser que me acompañó durante más de 39 años de mi vida, se sienta bien, se sienta confortable.

Es lo que junto a los médicos, procuramos todos.

El resto está en las manos del Ser en Sí. Los humanos debemos reconocer nuestras propias limitaciones.

Tal vez los mejores poemas los estoy escribiendo en actos cotidianos de cariño, de servicio, de entrega personal. Porque después de todo, poco valen las palabras, si no aparecen refrendadas en los hechos, y los hechos son los que a la postre cuentan.

Yo tengo una sola manera de ser, y quienes me conocen bien, saben que soy así.

Soy íntegro, asumo responsabilidades aún más allá de lo que me está exigido, me doy entero por lo que considero justo y debido, y sólo así tengo paz interior, y puedo seguir viviendo cada día tratando de hacerlo con la mayor normalidad posible, aunque mi vida desde hace meses dio un tremendo vuelco, de forma impensada e inimaginada.

2010 está siendo un año muy duro y difícil para mi. Tal vez el más dificil que me ha tocado vivir en décadas.

El cariño, el afecto, la comprensión, y la compañía de una constelación de amigos y amigas, de distintos países, es el aliento que me permite continuar en mi senda, y con el que cuento ahora, y contaré siempre.

Por supuesto que cuento también con mi fé, una fe inquebrantable en el Ser en Sí (comúnmente llamado Dios) cuyo amor y protección siento permanentemente. Él fue mi punto de apoyo cuando vine inicialmente solo a vivir a Estados Unidos. Él nunca me ha abandonado y he sentido en múltiples momentos de mi vida su mano paterna, abriendo posibilidades nunca pensadas ni planeadas por mi.

Y cuento con el remanso que me da la música. La música de una pléyade de intérpretes y autores, que es alimento para mi alma y mi espíritu.

Por eso, se ha transformado en una costumbre que cada escrito mío en este blog esté acompañado de una música.

Hoy no va ser la excepción. Y me acompaña la voz de un cantante que ha sido excepcional, en una grabación de su mejor momento. Me refiero a Andrea Bocelli, y su interpretación de El silencio de la espera.



enigma

No comments:

Post a Comment