Monday, February 15, 2010

¿DÓNDE ESTÁN LOS TIERNOS?

Habitamos un planeta que es un verdadero desastre.

En primer lugar, las sociedades, países, gobiernos, naciones y bloques de naciones son todos parte de un gran mentira. De una gigantesca mentira: mentira de valores proclamados pero deliberadamente tergiversados, mentira de ideales que –para quienes los explotan en beneficio propio—son nada más que bellas máscaras, hipocresía en grado sumo, o posturas convenientes.

Es un planeta sin sentido propio, sin conciencia planetaria. Divididos, enfrentados, litigando o guerreando, así los seres humanos, las naciones y las sociedades co-existen, en una cultura que ha elevado al pináculo la muerte en sus múltiples formas: la guerra, la pobreza extrema, la delincuencia a todos los nivles, la corrupción, el tráfico de personas de cualquier edad y sexo, la esclavitud que aseguran las malditas drogas ilegales, el lavado de dinero producto de ellas con el que sectores sociales y países, pretenden basar su “progreso”, etc.

Un mundo en el cual, tal vez la expresión más cruda y triste que el mismo produce, es el llamado “niño de la calle”. Miren el rostro de un “niño de la calle” de 5 o 6 años, tal vez ya drogándose, y empuñando un arma. No hay valores –porque nunca se los enseñaron—no hay compasión, porque nunca la tuvieron para con él, hay dureza, una dureza fría, implacable, extrema.

En un mundo semejante, uno se pregunta a veces, ¿donde están los tiernos?, ¿dónde está el remanente de personas honestas, dignas, de bien, que no se valen de la corrupción, ni de la política, ni del delito en ninguna forma, ni de las drogas, ni de traficar con gente como si fuesen objetos, pero que además guardan consigo una gran cuota de sensibilidad, una capacidad magnífica de ser solidarias, una ternura que abraza, besa, y llora?

¿Dónde está esa persona dulce, buena, apacible, respetuosa, cuya bondad brota de su misma mirada?

Es dificil encontrarla….ciertamente cada vez más dificil, en un mundo que nos condiciona a ser duros, o indiferentes, a sacar ventaja pisándole la cabeza a otros, y que nos estimula pensando que si lo hacemos somos más “vivos”, más sagaces, más astutos y más ganadores que el resto.

Que cada quien se pregunte a sí misma, a sí mismo, en qué grupo se ubica.

De una cosa estoy persuadido, de seguir aumentando la mayoría de los duros, el planeta todo va a una debacle general y catastrófica de dimensiones gigantescas.

La mal llamada “civilización” termina en la autodestrucción.

Eso veo, eso atisbo, eso –me atrevo a decir—vaticino.

Ojalá esté equivocado. Uds. tienen la palabra.



enigma

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