Wednesday, October 16, 2013

DECADENCIA: De Ernesto Cortázar a LMFAO

Hay cosas que van en declive descendente.

Hubo una vez  una pegadiza frase publicitaria que decía "Sobre gustos no hay nada escrito...hasta probar Solar. Solar, la galletita de Anselmi..."

Anselmi es (o era, ni sé) una tradicional fábrica de galletitas en Montevideo, Uruguay. Y la marca Solar era una de ellas.

En los cortes de un programa de TV en el que participaba como panelista, un locutor pasó el aviso en la primera tanda, y luego de la palabra "probar", tenia que morder y masticar un poquito de la galletita. La primera vez así lo hizo, y se comió el trocito.

En la segunda tanta, mordió la galletita, siguió diciendo la frase, y cuando terminó, fuera de cámaras, la escupió.

En la tercera tanda, mostró la galletita ante cámaras pero ni siquiera se la llevó a la boca...

Con un gran amigo que participaba junto conmigo en el programa, nos reímos por el nivel decadente del locutor y su aviso publicitario.

No era realmente cosa de hacer. ¡Lo estábamos viendo en estudio!

Ese declive decadente puede aplicarse a muchos órdenes de la vida, y es un indicador del nivel en que se encuentra alguien. Nivel no tanto intelectual como cultural. Como de gustos y sensibilidad.

Cuanto más exquisita la persona, más gustará de los grandes clásicos, cuanto menos, del rap o sus derivados, la música chatarra.

Es --para ponerlo en términos ni tan elevados como un Bach o un Händel-- ni tan bajos como Notorious Big, o Snoop Dogg, gustar y deleitarse con la música de Ernesto Cortázar, o la de LMFAO (mitad electrónica-mitad rap) en un tema como "Party Rock Anthem".  Mucho moviento, mucha contorsión, mucho ruido....¿y en la cabeza y el corazón, qué?

Hay gente que le gusta aturdirse, tal vez para no pensar.

Son de esos que van a los clubes nocturnos a "sacudirse las pulgas" como digo yo, y pasan la trasnoche, y quedan sordos, porque los decibelios abruman y resultan altamente peligrosos --dicho sea de paso-- para todo el organismo, oídos incluidos, por supuesto.

Pero a lo que voy no es a aquellos que gustan castigarse de esa manera, sino ¿qué revela una persona que desciende tanto como para de Cortázar, bajar a LMFAO?

Se me podrá decir que puede gustar de ambos, en su medida y momento oportuno.  Es cierto. 

Pero de este tema en particular, absolutamente ¡no! con su sucia letra hablando de que ella mueva la cola "shake your booty", de drogas (block) de tatuajes, de quién está tomado (drank), y de servir más copas, francamente sólo manifiesta un ambiente totalmente denigrante de individuos marginales de la sociedad. Nada edificante, en absoluto.

A mi también me gusta la música electrónica, desde Jean-Michel Jarre, pasando por Vangelis, y llegando hasta el disc-jockey Tiesto. 

Pero...no soy fanático de Tiesto, no me quita las penas de mi corazón, no llena mi espíritu. Me provoca una alegría momentánea, me hace moverme, pero no estaría a cada rato diciendo que me gusta, o que lo vean en YouTube, o que lo escuchen, menos que es mi favorito.

Es decir, la cuestión es entre la cultura y la menos-cultura, entre el equilibrio emocional y la cuasi-chifladura....jajaja.

Francamente, en lo que me es personal, lo que recomiendo a mis amigos/as, en lo que sé que no los voy a defraudar, y que les va a agradar y lo van a recibir con gusto, es a Ernesto Cortázar.


enigma
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