La mujer merece ser reconocida no como el "sexo opuesto" (pésima definición) sino como el sexo complementario. Porque lo humano, surge de la conjunción hombre-mujer. Ni hombre solo, ni mujer sola.
La mujer en muchas partes del mundo sigue siendo tremendamente discriminada, sometida, considerada persona de segunda clase, impedida de gozar (la terrible práctica de la circuncisión femenina) y otras formas de explotación, como su tráfico, ser usadas como "mulas" para transportar drogas en sus mismos cuerpos, o simplemente prostituídas.
También la mujer sigue siendo la víctima principal de violencia doméstica, ya sea física o psicológica.
Contra todo eso, uno mi voz a todas y todos quienes queremos para la mujer el sitial que le corresponde, sin más dilaciones. Igualdad de derechos y oportunidades. Igualdad de paga con el hombre, si realiza el mismo tipo de trabajo.
Pero no debemos idealizar a la mujer por ser tal o como tal. Las hay horrendas criminales.
Una amiga puso en su Twitter que en 1948, una madre vendía a sus hijos, como ejemplo de una conducta terrible.
Pero en 2014, el viernes pasado, una mujer de 32 años, que está embarazada --no se sabe de quién-- oriunda de Carolina del Sur, intentó matar a sus tres hijos (el menor de apenas dos años de edad- arrojándolos en una camioneta, al Océano Atlántico, en Daytona Beach, Florida.
Afortunadamente hombres que se encontraban en el lugar y vieron la escena, acudieron prestamente y salvaron a los tres niños.
La madre, Ebony Wilkerson, está detenida y sujeta a procesamiento judicial.
Y también en Florida, pero en West Palm Beach, una madre de 48 años, Jennifer Berman, mató a sus dos hijos adolescentes, Alexander de 16 y Jacqueline de 15, y se suicidó, dejando una nota a su marido del cual se había divorciado.
Otra mujer, Tanya Thomas, en el Condado de Brevar, también de Florida, mató a sus 4 hijos y luego se suicidó. Esto ocurrió recientemente.
Alguien pensaría que algo extraño está pasando en Florida, o que hay lo que aquí se llama un "copycat",o sea un proceso de imitación que se transmite de alguna manera entre personas que se hallan proclives a cometer semejante barbarie.
Pero el hecho en sí, es que hay madres tan desnaturalizadas que llegan a matar a sus propios hijos. ¡Y esto es horrendo!.
Uno tendería a pensar que una madre, por mero instinto de tal, tiende siempre a proteger a sus hijos, y daría su vida por ellos.
Pero la especie humana es tan compleja y puede llegar a degenerarse tanto, que ya ni lo instintivo y básicamente natural funciona.
Es tristísimo que estas cosas ocurran. Pero porque suceden, nos llevan a nunca idealizar a ningún ser humano, ni genéricamente, ni individualmente. No sólo porque todos cometemos errores, sino porque estos casos demuestran hasta qué extremo se puede perder lo que de humanos tenemos, para asumir conductas peores que las de animales salvajes.
Pero no sólo las madres que matan a sus hijos con un arma de fuego, o intentando ahogarlos, son mujeres terribles.
Algunas personas, cuando son superadas por la angustia, no solo se sienten desconsoladas. Realmente tienen una peligrosa situación médica llamada síndrome del corazón herido -también conocida como cardiomiopatía inducida por el estrés. El intenso dolor al pecho del síndrome del corazón herido, que puede ocurrir repentinamente luego de un extremado estrés físico o emocional, es el resultado de la afluencia de hormonas del estrés, según la Asociacion Estadounidense del Corazón.
Y una de las consecuencias de ese estrés, puede ser la fibrilación auricular, una situación que me tocó vivir en Octubre de 2011, y que puede volver a repetirse, según me advirtió oportunamente el cardiólogo.
Cuando deliberadamente se provoca un contínuo sufrimiento y profundo dolor anímico en una persona, es posible gestar el síndrome del corazón herido, en cuyo caso considero que es una forma de matar lentamente.
Son homicidios silenciosos y a largo plazo. Difícilmente la persona responsable será detenida o enfrentará un jurado que la condenará. Pero sobre su conciencia pesará para siempre la muerte que haya provocado.
Muchas veces se ha dicho que el peor enemigo del ser humano, es el ser humano mismo. Y es muy cierto...
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