Porque para ser decente hay que obrar con pureza interior. Y no estoy abogando en favor de una moral religiosa, victoriana, castrante.
Pero estoy apelando a que nadie venda barata su dignidad personal cometiendo indecencias en actos, dichos, o adoptando como propios las fotos, dichos, posters, o actos que otros producen.
Porque todo empieza por el respeto que uno se tiene que tener a sí mismo.
Jamás han encontrado ustedes que en este blog yo use una palabrota. Una grosería. No porque me asusten las palabras, o porque no las conozca.
Sino porque siento que me falto el respeto a mi mismo y a ustedes, si me rebajo a la grosera chabacanería de los imbéciles que creen que es "moda", o es la "onda" hablar intercalando malas palabras. Como que eso es chistoso, divertido, o comunica más fácilmente.
Tampoco estoy dispuesto a pagarle peaje a la incultura, que lamentablemente se extiende como plaga, especialmente en el mundo de los imberbes y no tanto. Allá en el Sur la cumbia villera (un subproducto musical de la peor calaña). En México ciertos corridos que no sé cómo les llamarán. En Estados Unidos el rap. Eso es basura. Como la comida basura.
Eso no es digno.
Y toda persona que se precie de si misma, de su cultura, de su educación, de la profesión que ejerce, de su seriedad y respetabilidad como ser humano, no puede caer en perder la decencia y mellar su dignidad, adoptando las modas, o los decires de otras.
Cuando una dama, casada, madre, es capaz de poner en Facebook como carta de presentacion una tanga tipo "hilo dental" ¿qué mensaje le está dando a quienes van a su página, y especialmente a los hombres?. Y ¿qué puede pensar de ella alguien que no la conozca o aun si la conoce y ve que de pronto se manifiesta de esa manera?
Cuando otra mujer es capaz de poner en Twitter un poster mal hablado, con palabras realmente groseras, ¿qué cree esa persona que piensan de ella los demás? Ah, a lo mejor busca a propósito presentarse así, porque creerá (pobrecita mental) que cae más simpática, o más moderna. O quizás quiere presentarse así, a propósito, para lucir deshinibida y estar para cualquier cosa, especialmente para una que le va a interesar a muchos hombres, y que la pone con su nombre chabacano explícitamente en ese poster.
Pero yo por ejemplo, si recibiese semejante mensaje, no retwittearía tal ordinariez. Porque si lo hago, significa que yo también soy un ordinario, un grosero, alguien que ha tirado abajo su decencia y su dignidad personal. En otras palabras, me estoy degradando.
Me desagrada profundamente, que los medios --lo veo en Argentina y Uruguay-- se presten a poner palabrotas, cuando alguien las dice, en lugar de sustituirlas adecuadamente, aún dando a entender que el original era otra cosa.
Asi uno verifica el habla de un presidente, de parlamentarios, líderes sindicales, artistas del teatro de variedades cuando son reporteados....¿que cultura le estamos transmitiendo a nuestros niños?, ¿cómo es posible que cohonestemos semejante atropello y aberración?
Esto que está ocurriendo es muy lamentable, y yo exhorto desde aquí, a no unirse a esa corriente de chabacanería, de desgracia intelectual, de bochorno, de pérdida de la decencia y la dignidad personales.
No perdamos nuestra calidad de seres humanos mejores.
enigma
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