Y me voy a referir a varios aspectos diferentes, pero que sirven para calibrar taambién al pueblo de esta nación.
Quisiera enfatizar su sentido solidario. Difícilmente ocurra un desastre natural o de otra índole, que no haya una respuesta inmediata y abrumadora, no sólo de los primeros en responder, como pueden ser la policia, los paramédicos, y los bomberos, sino la gente misma.
La gente acude presurosa a socorrer, a atenuar las consecuencias de lo que haya pasado, a dar refugio, alimento, abrigo a quienes lo necesiten. Surge inmediatamente una cuenta para los damnificados, pero por sobre todo, me importa señalar que se acometen actos verdaderamente heroicos por anónimos ciudadanos. No es necesario un pedido público de ayuda por los medios. La ayuda está en el corazón de la gente.
Hay desprendimiento y generosidad.
Contrariamente a lo que suele decirse por quienes no conocen al estadounidense, existe la generalizada idea de que "los estadounidenses son fríos" queriendo significar que no tienen sentimientos comparables a las personas de otras partes del mundo.
Y no es así. El estadounidense es sentimental, pero es muy recatado. No lo expresa en la forma cuasi abrumadora en que otros lo hacen.
Por otra parte, el estadounidense tiene un acendrado sentido de la privacidad. No se inmiscuye en la vida de los demás, respeta a cada quien como le agrada le respeten.
Cuando entra en confianza, entonces se abre y es capaz de ser tan espontáneo como el mejor.
Este es también un pueblo religioso. Las manifetaciones religiosas son múltiples, si bien el cristianismo en sus principales vertientes, católicorromana y protestante, es el factor mayoritario. Pero están los judíos, los musulmanes, los budistas, los hindúes, etc. Y todos se unen para ser solidarios en actos muy concretos.
Un aspecto importante es la educación formal. Los niños y adolescentes, tienen la enseñanza primaria y la secundaria con horario desde las 7:30 u 8 de la mañana a las 3 de la tarde y un recreo de 45 minutos. Por tanto desde pequeños se acostumbran a madrugar y a pasar ocupados seis horas, sin contar el descanso.
El pueblo americano es muy trabajador. Tal vez sea uno de los países con las licencias más cortas, y el mayor horario de trabajo. El estadounidense suele acostarse temprano (a eso de las 9 o 10 de la noche) para levantarse a las 5:30 o 6 de la mañana.
Los comercios en este país funcionan los siete días de la semana, y salvo algún feriado, hasta esos días también funcionan. Y me refiero a los supermercados y las grandes tiendas de departamentos.
Finalmente --y con esto por supuesto no agoto el tema-- hay una mística nacional. El estadounidense siente un legítimo orgullo por su nación. La sabe grande y poderosa, y desde las autoridades siempre se reiteran conceptos de sobre la excepcionalidad de la experiencia estadounidense, de su federalismo, de su democracia, del papel que le toca ejercer en el mundo.
Porque se considera a la nación como un experimento humano a gran escala, siempre procura avanzarse en los principios que dieron base a su fundación misma. Los que están consagrados en la Constitución y sus 27 enmiendas, de las cuales las 10 primeras integran la llamada Carta de Derechos.
Por eso sigue siendo ejemplar la lucha por los derechos civiles, por la igualdad de las minorías, por la equiparación de géneros, etc.
A pesar de ello, el estadounidense no es enfatuado ni engreído. Su manera de ser es sencilla y modesta. Ama a su patria, está dispuesto a dar su vida por defenderla, pero lo hace con sacrificio y humildad.
Su mayor fuerza, su aporte mayor, está constituido por sus convicción de ser "una nación, bajo Dios, con libertad y justicia para todos".
enigma
Textos protegidos por derechos de autor
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