Sí, soy sensible, y soy tierno, lo cual no va en
desmedro de mi masculinidad.
Soy sincero y espontáneo. Digo lo que pienso y siento
y lo respaldo con hechos, en forma coherente y responsable. Así procedí con
ella en todo momento.
Confío en la persona con quien estoy tratando, antes
que llegar a desconfiar.
No actúo con prejuicios.
Doy la oportunidad de que la persona se manifieste tal
cual es, antes de descubrir un atisbo de deshonestidad, de falsedad.
Actúo con sencillez,
procedo con caballerosidad, y espero en contrapartida, hallar el mismo
tipo de relacionamiento.
Si, soy comprensivo, perdonador, amplio, tierno, pero
no soy estúpido.
Cuando una y otra vez se pergeñan proyectos que nunca
se plasman en realidad, y se da una palabra que nunca se cumple; cuando se
borra con el codo lo que se escribió cantidad de veces tecleando la PC o el
teléfono celular. Cuando no se asume
responsabilidad por lo dicho y lo hecho en persona; por las vivencias
compartidas a conciencia y cabalidad. Cuando se pretende actuar como si “aquí no ha pasado nada”, y anular los
sentimientos auténticos, verdaderos y profundos, como quien apaga una luz,
entonces reacciono.
Reacciono con toda la justificación, toda la
vehemencia, y todo el derecho de alguien cuya dignidad ha sido violentada y
cuya persona ha sido destratada.
No me tengo que reprochar nada. En todo momento actué
como el mejor compañero, el mejor amigo, el mejor enamorado, dispuesto a ayudar
siempre, servicial a cabalidad, capaz de sentir como propios sus problemas, sus
angustias, sus dolores físicos y del alma.
Pero todo eso requiere consciencia de lo que significa, y demanda respeto al menos.
Cuando se decide anular todo eso, arrasar con todo
eso, pretender que nunca fue y nunca existió, cuando se pretende negar la
relación de amor que hubo (por lo menos de mi parte fue genuina) entonces sí
reacciono.
Y mi reacción se plasma en este poema, y en la canción
que le sigue, que se los dedico con toda intención a la persona de marras, a
quien elijo no nombrar. Ella sabe que es para ella.
Tal vez, alguien que ha seguido mi blog por todo el
tiempo, un blog donde ensalzo una y otra vez al amor, como la más maravillosa
realización del ser humano; un blog donde alabo la amistad como una magnífica relación, un blog donde hablo de
perdón y reconciliación, pudiera preguntarme: ¿por qué entonces tan duro con
esta persona?
¿Sería posible aún un entendimiento?
He escrito muchas
veces –y no me desdigo—que no me gusta la palabra imposible cuando se
trata de relaciones humanas. Siempre hay una puerta abierta, una posibilidad.
Pero, para que hubiese de mi parte un perdón y una
reconciliación, primero tendría que haber un reconocimiento pleno de los
errores y el mal proceder de la otra parte, y un sincero arrepentimiento de
todo ello.
Estoy persuadido –luego de todo lo que me ha tocado
vivir—que la otra parte no está a la altura para acometer semejante acto de
honestidad, de lealtad, de sinceridad.
Se quiere demasiado a sí misma como para hacerlo, o bien tiene un miedo
terrorífico a las consecuencias que ello le pudiera deparar.
No miedo a mi, sino al entorno en el cual ella se
encuentra.
Ojalá le sirvieran de guia estas palabras del Papa Francisco:
Ojalá le sirvieran de guia estas palabras del Papa Francisco:
SE ACABÓ
¡Se
acabó!
La
mentira deleznable
la
conquista preparada
la
manipulación artera
Se
acabaron
las
lágrimas de cocodrilo
los
arrepentimientos fingidos
los
temores ridículos
Se
acabó la historia
de
proyectos incumplidos
de
reconstrucciones imaginarias
y
de mentiras consuetudinarias
Conmigo
no vale la traición
conmigo
no funciona fingir
por
mi te puedes ir
doquieras,
con Broz o con Briz
Sigue
tu fantasía nocturna
en
medio del vacío de tu insatisfacción
pasa
tus madrugadas twitteando
y
planeando tu próxima sesión
estoy
muy feliz y muy en paz
estoy
recibiendo a raudales
el
cariño de seres estupendos
De
seres que de veras me quieren
y
que están viviendo conmigo
momentos
hermosísimos y dignos
momentos
superiores, de verdad
Atrás
pues la infamia
fuera
la fantochada destrozada
de
quien no supo ser sincera
y
jamás sabrá y podrá amar.
Amar
en exclusividad
Amar
en entrega decidida
Fervorosa,
y total
Amar
jugándose, hasta el final.
enigma
Textos protegidos por derechos de autor
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