Cuando el hombre volvió de sus vacaciones se encontró con ese dantesco y aborrecible espectáculo.
¿Donde estaban los padres de esos "chicos y chicas"? ¿cuánto les importaba lo que sus hijos e hijas estaban hacienda durante una larga madrugada y dónde?
Ahora hay padres que quieren salir en defense de las tropelías cometidas por sus malcriados, y hasta pretenden amenazar al hombre que ha sufrido las consecuencias de ese verdadero atentando contra la propiedad privada.
Son adolescentes, posiblemente estudiantes, pero allí tuvieron su "fiesta" y el sentido de tener fiesta para ellos es darse al alcohol y las drogas, desnudarse, tener sexo grupal en total degeneración y con total irresponsabilidad y riesgos, y de paso, destrozar y destrozar.
¿Es eso lo que el mundo puede esperar de esta ya desgraciada y corrupta generación?
¿Es eso lo que esas madres quisieron que fueran sus hijos o hijas cuando los engendraron?
¿Y cómo pueden acudir a la defense de sus "nenes" y "nenas" cuando cometen actos vandálicos reñidos absolutamente contra toda norma de ética, y de conducta social?.
¿Rebeldía de juventud?. Todos hemos sido jóvenes, pero canalizamos nuestras rebeldías en forma positiva, por causas que creímos nobles, justas.
Lo único que este lamentabilísimo episodio revela, es la decadencia de la especie humana como tal. Una decadencia que nos conduce lenta pero seguramente a una autoaniquilación.
La falta de valores es absoluta. La carencia de un sentido mínimo de respeto es total. Estos jóvenes no saben ni dónde están parados, ni finalmente para qué existen. No son capaces de buscarle un sentido a sus vidas y menos de encontrarlo. Tal vez el mero hecho de plantearse una búsqueda existencial sea demasiado esfuerzo para ellos, que quieren la "fácil", la que no demanda esfuerzo ninguno.
Especialmente cuando vienen de hogares supuestamente bien formados, donde hay padre y madre y gozan de una situación social acomodada.
Ni hablemos de aquellos descastados y desclasados en América Latina.
La pregunta está planteada: ¿qué futuro nos espera?...
Harto estoy de escuchar a padres y madres que dicen: "no puedo con mi hijo/a, ya no sé qué hacer". Bajan los brazos, se sienten impotentes y dejan que sus vástagos sean lo que ellos quieren, sin guía, sin pautas, sin restricciones necesarias, sin sentido de autoridad (gravísimo) ni de responsabilidad (peor aún).
Esto demanda con una urgencia tremenda la necesidad de una institución internacional que regule, armonice y supervise el surgimiento de Escuelas para Padres en todos los países.
enigma
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