Por eso prefiero hablar de la existencia, más que de la vida, aunque solemos hacerles sinónimos.
Y bien, existir es como andar en montaña rusa. Tenemos llegadas a la cúspide, pero también tenemos bajadas y a veces son tan pronunciadas que poco menos nos hacen gritar.
En otras palabras, si miramos retrospectivamente nuestras respectivas existencias, verificaremos que hemos tenido puntos altos, descollantes, momentos felicísimos. Pero también debemos reconocer que hemos pasado o estamos pasando por momentos difíciles, duros, que ponen a prueba nuestra fortaleza espiritual, nuestra entereza, en no doblegarnos ante circunstancias adversas, y luchar para nuevamente estar arriba.
Todo estaba bien para una amiga, que contenta luego de tres meses de vacaciones al sol, vuelve a la rutina de su trabajo. Y de pronto, un mamograma, una biopsia, y un diagnóstico: cáncer.
Afortunadamente es operable, y seguramente en la cirugía se encargarán de extirpar todo cuanto sea necesario para que eso no regrese. Pero ahora está en medio del impacto emocional de haber recibido esa noticia, de ir de médico en médico, de consultar segundas opiniones, y con una fecha de operación pendiente, de realización a muy corto plazo.
No esperaba pasar por todo esto.No era lo que pasó jamás por su mente, cuando celebró la llegada del año nuevo...pero es la realidad.
Otra amiga, vivía cómoda, feliz y tranquila en su pequeño apartamento. Siempre cuidando de que estuviese ordenado y limpio. Llevaba una vida muy metódica, sus horas para cada cosa. Las idas al supermercado, al gimnasio, etc. De golpe, le llega de otro país, una de sus hijas, que habia estado ausente durante un año, tentando conseguir trabajo en el extranjero. La hija además tiene un niño de cinco años. No hay marido.
¿Qué hace la hija?, claro, va a recalar a la casa de su madre. ¿Qué otra cosa podía hacer la madre que cobijarla, recibirla, y cuidar del nieto? Pero así está desde antes del año pasado, y continúa en esa situación. A mi amiga a veces la desespera ver su apartamento totalmente alterado de lo que era lo normal. Para mejor su hija recién ha recomenzado a trabajar, y necesita acumular dinero para mudarse. Entre tanto, la situación totalmente alterada, respecto de la vida normal que llevaba, sigue siendo un motivo de estrés para mi amiga.
A diferencia de la amiga a la que me referí anteriormente, esto que le sucede a esta otra amiga, era previsible. Era obvio que iba a suceder, a menos que su hija hubiese encontrado trabajo en el extranjero, lo que lamentablemente no sucedió.
Un amigo, jubilado, siente la necesidad de ocupar creativamente sus horas. Odia el ocio, no lo soporta, y menos viviendo solo. Entonces comprende que trabajar es casi una terapia ocupacional. Necesita hacerlo y se pone a buscar por la Internet. Pero nada es facil. Se encuentra con propuestas insólitas o que no tienen nada que ver con su currículum profesional y sus experiencias laborales.
Porque enviados como 15 CVs, ocurre que no son personas sino computadoras las que los leen, entonces ven la palabra "coordinador" y le ofrecen cualquier tipo de coordinación, sin referencia alguna a sus propios antecedentes. Es casi una manera estúpida de ofrecer empleo. Pérdida de tiempo, desilución por no encontrar nada en tres meses, y mientras sigue buscando, y no se da por vencido, piensa en muchas cosas. Desde irse a otro país, a establecer algún tipo de empresa unipersonal, pero aún no tiene claro su panorama.
Cuando recibió el año nuevo, pensó que iba a ser diferente a los dos anteriores.Que este era un año de realizaciones. Pues aún sigue enfrentando incertidumbres.
Estos tres ejemplos, nos dicen de los momentos bajos en nuestra existencia. Esos que de pronto no esperamos, o esos que aunque sabidos, aguardamos superar rápido.
No todo es facil, no todo es sencillo, y no todo es éxito, triunfo, felicidad plena.
Entre medio, está la rutina, está lo cotidiano, está aquello de lo que muchas veces quisiéramos despojarnos y no podemos. Está el pasar por momentos dificiles, a veces angustiantes. Momentos que nos hacen derramar lágrimas abundantemente.
Pero de la naturaleza aprendemos: "siempre que llovió, paró", "luego de la noche, despunta el sol", o sea, tenemos que esperar y apostar a un mañana mejor y diferente.
Tal vez no sea como nuestra limitada imaginación lo pergeñó, pero es muy posible que supere todo cuanto hubiésemos podido suponer o esperar. Y también puede llegar sin pensarlo, sin preverlo, repentinamente, y transformar y alterar de golpe toda nuestra existencia.
Textos protegidos por derechos de autor
No comments:
Post a Comment