MIS AMIGAS Y AMIGOS

Hoy me siento inclinado una vez más a escribir brevemente sobre la amistad.

Y cuando digo amistad, no teorizo, no quiero referirme a la amistad en abstracto.

Más bien quiero hablar de mis amigas y amigos.

Son un ramillete precioso, son como flores que adornan mi vida.

Son esencialmente, el soporte, la confidencialidad, el cariño, la comprensión, la palabra de corrección, de aliento, de solidaridad.

Y son también, y muy concretamente, un apoyo en los hechos, a situaciones dificiles de atender, especialmente desde lejos.

Mis amigas y amigos son compañeros de vida.

Y pienso quizás –sin vanidad alguna al decirlo— que tal vez ellas y ellos son un poco el reflejo de quien uno es.

¿Cómo ha sido posible que surgiera la amistad?, ¿cómo ha sido posible mantenerla por años, incólume?

¿Cómo es posible que –cual manantial inagotable— surjan nuevas amistades?

Yo me siento con una deuda enorme a todas y todos ellos.

Es tanto lo que me dan permanentemente, que ni siquiera se lo imaginan.

Creo que sin ellas y ellos, la vida sería casi imposible.

Y por eso, es que les extraño enormemente.

Han de saber Uds. que mis mejores amigas y amigos, están todos lejos.

Diseminados por otros Estados, en Estados Unidos, y en otros países del continente americano, y Europa.

Yo estoy en Virginia. Desde aqui, para todas y todos, un abrazo muy apretado y muy fuerte.

Decirles que les tengo en mi corazón, que les quiero enormemente, y que les estoy eternamente agradecido, es poco, porque las palabras quedan cortas.

No hay palabras para expresarles todo lo que significan.

Espero que lo comprendan.



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