Un viejo dicho del campo, en el Rio de la Plata (Uruguay y Argentina) expresa: "Decir adiós no es dirse", o sea, decir adiós no es irse.
No es perderse para siempre, no es disolverse en el anonimato, oscuramente mezclado con los millones de seres que habitan este planeta.
No es irse de uno mismo, de quien uno es, ni es irse de la vida de alguien que nos impactó y a quien impactamos. La mente no olvida, ¡el corazón mucho menos!
He escrito adiós, me he despedido, pero la tinta está fresca aún. Yo no voy a borrar con mi codo lo que escribí con mi mano. Escrito está y ahí se queda. Porque yo atribuyo fuerza, y valor de compromiso a las palabras.
He dicho basta y echado a andar. Un basta a lo que fue desde el 17 de Noviembre de 2008 al 29 de Octubre de 2011.
Un basta a una hermosa y extraordinaria quimera, a un sueño dorado, a una ilusión maravillosa que me impulsó a vivir y a dar lo mejor de mi.
Pero he reflexionado, y ya me fue bastante para darme cuenta que mi rumbo estaba equivocado, que yo no iba a tener paz, ni a vivir feliz, ni a ser comprendido adecuadamente, ni a tener conmigo a alguien para quien yo fuera todo. Cuando todo hubiese podido ser, hoy pienso que es mejor que no haya sido, porque no hubiese sido positivo para ninguno de los dos.
Además, por una cuestión de principios y valores de los cuales no abjuro, me gustan las cosas limpias y a derechas. Y esto no iba en esa dirección, y por tanto era mejor cortarlo.
Claro que no ha sido un paso fácil para mi, claro que me entristece profundamente que en vez de celebrar un anivesario, tenga que decir adiós, que en vez de planear un futuro juntos, ahora sea un nunca más. Pero hoy estoy tranquilo. Hoy tengo paz conmigo mismo. Hoy sé bien dónde estoy parado, y sé que puedo mirar para adelante con libertad y confianza.
Esto quedará para una parte muy particular de mi historia personal.
Seguramente también para la historia de la otra persona involucrada. Para mi esto que fue intenso, profundo, sincero, no se borrará jamás.
Aquí no hay vencidos ni vencedores. Aquí ambos perdimos algo muy hermoso, pero ganamos algo que no podíamos perder, y es nuestro presente y nuestro futuro, nuestra vida misma.
Yo sigo en este planeta, sigo en esta sociedad humana, más de una vez es posible que al leer sobre mi o escuchar mi nombre, ella evoque muchas imágenes mías. Lo mismo me sucederá a mi respecto de ella.
Pero nuestras vidas irán por canales separados, cada uno en lo suyo, como lo fue antes de conocernos. Con una diferencia, entonces ni siquiera sabíamos de nuestras respectivas existencias. Ahora sabemos el uno del otro, no somos más dos desconocidos, nos conocemos muchisimo. Sabemos de nuestras penas y alegrías, de nuestros sueños y esperanzas, de nuestros sentimientos, de lo que hemos vivido, que repito, es hermoso, es --en el más cabal sentido del adjetivo: extra-ordinario Algo fuera de lo común.
Si en algún momento nos volviésemos a encontrar, de mi parte, habrá una mano abierta y no un puño cerrado. Habrá un gesto de amistad, y una actitud de respeto. Yo soy así.
enigma
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