Wednesday, November 23, 2011

Formas de zafarse...

Aterrorizada, la hermosa joven escapa herida, de Jack el Destripador, en la escena de la película basada en ese deplorable personaje.

Es lógico y natural escapar de un ataque, huir, evitar mayor riesgo.

No parece tan lógico y natural, escapar, buscar zafarse, o huir de situaciones que con deseo y voluntad hemos contribuido a construir durante considerable tiempo.

Actuar como si no hubiera un pasado inmediato y un presente reciente que nos reclama responsabllidad, se asemeja a la actitud del avestruz, que esconde la cabeza en la arena para no querer ver la realidad.

Está más que demostrado que esa actitud no sirve, porque la realidad sigue estando allí. La realidad hay que encararla de frente, cara a cara. La realidad hay que encararla manteniendo un diálogo adecuado en cantidad y calidad mediante mensajes electrónicos, telefónicos, o personalmente.

La realidad nos reclama y no la podemos obviar.

Hay gente que inventa formas de zafarse. Por ejemplo, no contestando correles (forma apococada de correos electrónicos). Pero eso se vuelve en su contra, porque es en el fondo una demostración de cobardía, de falta de responsabilidad, de no querer dar la cara, de no querer reconocer que se está en deuda -la menor de todas, y la que una elemental norma de cortesía indica-- es que "a mensaje recibido, mensaje contestado"

La responsabilidad aún crece cuando la persona en cuestión representa a una institución. Porque no contestar no deja mal a la persona misma, sino a la institución a la que pertenece.

Vengo de tener una situación así con alguien que al parecer tiene por costumbre no contestar mensajes. Muy mala costumbre en este siglo XXI!

Tengo otras formas de obligar a la persona a contestar el mensaje que le he enviado. Aún no he apelado a esas formas, pero puede que lo haga en un futuro inmediato.

Semejante descortesía no se corresponde con mi persona, y por cierto no soy merecedor de tan grosero destrato. Tomo nota de la actitud que refleja en el fondo, otras actitudes anteriores de la misma persona, donde lo que menos mostró hacia mi ha sido simpatía, comprensión, calidad y calidez humana.

Pero no se saldrá fácilmente con la suya. Mi derecho lo voy a ejercer hasta donde pueda.
Es triste tener que tratar a veces con este tipo de gente.

Por suerte, a nivel personal ya no tengo que tratar con esta persona, y estoy seguro que no lo haré nunca más. Es ese tipo de gente con la cual el ámbito de trabajo se vuelve asfixiante, además de mediocre por donde se le busque, burocrático, y carente de sentido.

Comparto esto con ustedes, porque puede que alguna vez les haya ocurrido algo semejante.
Sin embargo, dar el caso por perdido no es filnalmente lo mejor. No para los intereses propios de uno, pero tampoco para los intereses de la institución en juego, y finalmente porque hay causas justas que se deben reivindicar, y no abandonar.



enigma

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