A veces se puede caer en la confusa tentación de escribir algo hermoso, algo que si alguien lo lee puede asentir con su cabeza en señal de estar de acuerdo. Pero si eso hermoso es fruto de un efímero instante de inspiración, que se vuelve luego vacío, huero, fútil, cuando vamos a la vida real, a los hechos, a nuestro relacionamiento con nuestro prójimo, entonces de nada sirve.
Es preciso entender, que las palabras comprometen. Que lo dicho y mucho más lo escrito, --que ahí queda estampado-- dice de cómo somos, de como pensamos, de cómo sentimos. Si ello es auténtico, si es genuino, ¡estupendo! Nos revela a otros, nos da a conocer. Abre nuestro corazón y lo expone a que terceros conozcan nuestro pensamiento y nuestros sentimientos.
En lo personal, es mi ejercicio casi diario al compartir estos escritos con ustedes.
Pero hay personas que tienen un hermoso decir, momentos de inspiración bellísimos sin duda, pero se quedan en eso. Cuando tienen que responder por esos sentimientos, dan vuelta la cabeza y miran para otro lado. Si se les recuerda lo dicho o escrito, se molestan harto. ¿Por qué? porque sus propias palabras son como un boomerang, se les vuelven contra ellas mismas, son como un juicio que les cae de encima. Tienen que responder en la realidad, a lo que dijeron en la teoría de un escrito, y ocurre que ahí surge la incoherencia intrínseca. No reflejan con sus hechos, con sus actitudes, con su conducta, aquello que han dicho. Por el contrario, manifiestan lo opuesto. Se tornan así, en personas incoherentes.
Si la incoherencia es sólo intelectual, deberán componer su panorama interior. Si fuese más esencial, entonces sería más grave, porque estaría hablando de una personalidad fracturada.
Digo A pero quiero B, y hago C...¡por favor no me recuerden lo que dije, me suena a reproche o recriminación!....
Esa es la clase de personas para las cuales algo es azul -sólo hoy-- mañana es amarillo. Algo es hoy buenísimo, un ángel que se busca y espera, mañana es un demonio, lo peor, lo indeseable.
La vida demanda ser responsables por nuestros dichos y hechos. Demanda que nuestros dichos se compadezcan con nuestros hechos y viceversa, que nuestras actitudes y nuestro relacionamiento con otras personas se compadezca con lo que expresamos verbalmente o por escrito.
Autentico,
genuino, na
- adj. Puro, sin mezclas
- Propio, natural, legítimo:
1 Que presenta coherencia o relación lógica y adecuada entre las partes que lo forman.
2 Se aplica a la persona cuya forma de pensar no se contradice con su forma de actuar.
3 Que es propio de esa persona: una actitud coherente. A todo lo arriba indicado, hay que agregar varias componentes sustanciales de una personalidad claramente definida: sinceridad, honestidad, claridad de propósitos y objetivos, ser responsable, cumplir la palabra empeñada, no jurar en vano, saber medir los tiempos, ser humilde y agradecido/a, tener compasión, sostener relaciones armoniosas, tener paz interior, procurar el amor.
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