Depende obviamente
del grado de amistad alcanzado. A veces son cosas del trabajo de cada uno, o de
la familia, o de conocidos. Fulana que tuvo otra vez familia, mengana que se
casó, los tales que se fueron de viaje a Europa, mamá a la que le ocurrió un
percance, la nena que ya pasa a secundaria….
Otras veces ese
panorama más o menos informativo sobre las peripecias de conocidos, familiares,
etc. se transforma en más personal. Estoy muy preocupada, me encuentro deprimida,
estoy triste, o tuve una alegría enorme, me ascendieron en el trabajo, mi
esposo está ahora de gerente….
Y aún otras veces,
pueden intercambiarse cuestiones de esas que empiezan por decir: “por favor,
esto es confidencial, sólo lo comparto contigo, pero….”
Cada situación de
amistad es diferente dependiendo de quién es ella, y del tiempo en que nos
conocemos y nos hemos hecho amigos.
Va a haber entre esas
amigas, alguien que conozca nuestras cuitas, nuestros sentimientos, las cosas
por las que estamos pasando, las alegrías y las angustias. Esa es la amiga
confidente, es aquella voz que nos da una visión femenina (muy importante por
cierto) de cómo encarar nuestra situación, de lo que entiende que nos
convendría hacer, que nos ayuda a entender a otras personas, etc.
Y está la amiga con
la que empezamos como amigos, y nos fuimos encontrando en otros aspectos, y
hemos llegado a compartir cosas muy íntimas –sí, vinculadas al sexo
también- y lo hemos hecho con
naturalidad, con una enorme confianza mutua, con gran comprensión de ambos.
Cosas que nadie más sabe ni tiene por qué saber. Cosas que a nadie revelaríamos
ni contaríamos. Pero cosas que nos han ido uniendo más de una manera muy
especial.
Y surgen sentimientos
que antes no estaban, y la amiga se convierte en un ser especial que llega a
golpear nuestro corazón, y un día
descubrimos que poco a poco, paulatinamente, nos hemos enamorado de ella. Nos
llega a ser indispensable, si no nos escribe un mensaje electrónico, o no nos
llama por teléfono, la extrañamos enormemente. Si no nos vemos, no podemos
seguir viviendo de la misma forma.
Como escribiera
alguien hermosamente en un breve poema: “no puedo vivir sin ti”. A ese grado se
llega…y de pronto las circunstancias que rodean a ambos, hace que no puedan ser
más que amigos. Pero son amigos
diferentes del resto. Son amigos que tienen un plus del que otros carecen.
Se alientan, se
consuelan, se sostienen, acuden en ayuda uno del otro, celebran juntos logros,
avances, momentos felices, comentan libros, circunstancias, cosas que pasan en
el mundo, se interesan mutuamente por la salud, se recomiendan cuidarse… Esos
son también amigos en la más grande extensión de la palabra.
Se quieren mucho, se
respetan, se consideran cada uno en su situación particular, saben de la honestidad,
de la dignidad de cada uno. Saben de la sinceridad que caracteriza su relación,
saben de la confianza que se pueden tener recíprocamente.
Es obvio que cada uno
es muy especial para el otro. Así se quieren, así se viven, así se
entienden…así están en el mundo: amigos,
amigos de verdad.
The Day We Met - El día que nos encontramos - Ernesto Cortázar
enigma
Textos protegidos por derechos de autor
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