Friday, November 15, 2013

FELIZ....aunque sin contestación

Ustedes son testigos: ayer dije que buscaba reconciliación, que queria tender un puente donde transitar juntos el camino de la amistad.

La otra parte no se dio por enterada, o si se dio, aún no ha contestado. Les tendré al tanto....

Pero estoy feliz. Porque mi vida afortundamente no depende de una persona, porque con todo lo que valoro la amistad, y quiero recuperar una que se ha perdido por circunstancias del momento, sin embargo no es la única amistad que tengo.

No es jactancia de mi parte decir que tengo --gracias al Ser en Sí-- muchos/as amigos/as esparcidos /as por el mundo. Que se comunican, que hacen de la amistad un culto, que saben el valor de ser amigos/as, que están pendientes de lo que me ocurre, y que me alientan, sostienen, e impulsan. Tanto como yo a ellos/as porque para que eso sea válido, ha de ser recíproco.

Y gozo de maravillosas reciprocidades, disfruto de amigos/as perseverantes, que tienen la bondad de estar comunicados/as en forma metódica, que tal vez sea la mejor de todas.

Y estoy feliz, aunque el cuerpo acuse un poco de cansancio físico, porque  hoy hice una mudanza dentro de mi casa. 
Tenía una habitación para huéspedes, con una cama de dos plazas. Pues alli instalé cómodamente mi escritorio. Y en cambio, yo me preparé  un dormitorio con una cama de plaza y media, solo para mi. 

El dormitorio principal, queda igual, sólo que sin utilizar. De modo que si recibo la visita de un amigo/a, dormirá allí, y si viene acompañado/a, pues disfrutarán la cama grande.

La tarea me insumió ocho horas netas de trabajo que sólo interrumpí para almorzar ¡a las tres de la tarde!....y terminé todo, escritorio instalado y dormitorio instalado donde ya dormiré esta noche. Hube de trasladar mobiliario, pesados archivos, tres bibliotecas y todo su contenido. Pero lo hice, solo, y lo logré.

Eso me hace muy feliz. Y va con mi manera de ser. Cuando me propongo una meta, no paro hasta lograrla, y si el cuerpo acusa señales del esfuerzo, el alma retoza de alegía. Logré mi propósito, cumplí el proyecto que tenía. Estoy satisfecho.

Tenaz, persistente, no me arredran las dificultades, al contrario, estimulan mi imaginación, y busco soluciones prácticas para lograr los objetivos que pesigo. Así fue con el mover de varios muebles pesados y que me superaban en tamaño.

Y así es también con las cosas de lal vida. Los imposibles sólo están en la cabeza de quien no arriesga, de quien se queda estático, de quien se siente derrotado antes de comenzar algo, de quien mira a lo que tiene que hacer y lo considera tan superior a sus posibilidades que no se atreve a hacer nada.

La experiencia me dice que si uno se detiene en medio de la iniciativa, nunca la termina. La clave está en que cuando se comienza, hay que seguir hasta terminar. 

Detenerse lo mínimo necesario para recargar energías y continuar hasta el final. Pero jamás sentirse derrotado, echarse atrás o abandonar el proyecto.

Así soy yo, de esa madera estoy hecho. Quienes me conocen saben que soy así.

Pienso que cualquier persona puede serlo si se lo propone con ganas.

Esta hermosa canción titulada "Subir cada montaña" la hice mía cuando recién llegué a Estados Unidos de América, y todo era una especie de montaña. El idioma, las costumbres, la cultura, los modos y estilos de convivencia. Las exigencias del nuevo trabajo.

Siempre hay montañas para subir, y es posible que cueste esfuerzo llegar a la cima, pero se llega, si no nos arredramos por lo empinado del camino, o por lo alto de la cúspide. De eso  se trata. ¡eso es parte ensencial de vivir!

 enigma
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