LOS SILENCIOS NO QUERIDOS

Como comunicador social, como periodista, aborrezco los silencios.

Los silencios significan incomunicación, significan una barrera levantada, una expresión de insensibilidad o de definida hostilidad.

Tengo por hábito más que hecho, que jamás dejo sin contestar una correspondencia.

Tanto es así --sería largo contar la anécdota, pero es absolutamente cierta-- que una vez que demoré tres dias en contestar un mensaje anodino, ¡me dieron por muerto!.

Contestar no implica necesariamente estar de acuerdo con la persona de quien hemos recibido un correo, pero es sí un acto de civilidad en sí mismo.

Lamentablemente hay personas indolentes, hay personas que no se percatan del daño que hace la falta de comunicación, y la carencia de respeto que el acto mismo del silencio implica.

Yo no pretendo que la gente sea igual que yo. Pero al menos que tenga un cierto nivel de calidad y cortesía, porque pretendo no tratarme con cualquiera.

Por otro lado, hay silencios no queridos. Por ejemplo una muy querida amiga me llegó a escribir seis mensajes en el día, aguardando me llegaran, eran intentos por comunicarse, y lamentablemente, por un detalle llamémosle técnico, no me llegó ninguno.

Ella comenzó a sentirse muy mal, defraudada en cierto sentido, ¿cómo era posible que yo no le contestara, ni siquiera al menos le acusara recibo de uno de esos mensajes?  El hecho es que yo no había recibido ninguno.

Afortunadamente, no siendo el correo electrónico la única vía de comunicación todo se aclaró y la buena relación que tenemos no se perturbó más que momentáneamente.

Pero esto revela también la importancia de la comunicación. Especialmente cuando la misma tiene como base la amistad, el afecto, el cariño, o por lo menos, el respeto de personas con educación, y civilidad.

Desde mi punto de vista, un correo jamás debe quedar sin contestar. Y en esto soy drástico en cuanto a la ética de la comunicación, y muy coherente conmigo mismo. Digo lo que practico. 

Que cada quien que me lee se analice al respecto. 

No se puede ser indolente, no se puede tener dejadez o pereza para escribir. No hacerlo, envía un mensaje acerca de la persona de marras, sea quien sea. Y por cierto, no es un mensaje que le sea favorable.

 enigma
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