Fue un hermoso atardecer en Abril de 1958. Aproximadamente 40 personas se reunieron con el propósito de encarar el tema de los “platillos volantes” en Uruguay.
Nadie lo trataba allí, pero alrededor del mundo había cerca de 300 organizaciones privadas dedicadas a la investigación y estudio, y por supuesto, el argumento más convincente de que esto era un asunto serio y que valía la pena dedicarse al mismo, era el hecho de que la Fuerza Aérea de Estados Unidos estaba implicada en ello.
Por lo tanto el acuerdo entre todos los presentes fue crear una entidad.
Obviamente, ninguna organización puede realmente trabajar si tiene que tratar con 40 personas discutiendo el tema y teniendo sus particulares puntos de vista.
Fue un paso inteligente crear una Comisión que con el tiempo llegó a ser el Consejo Directivo, en el cual cada persona tendrá las mismas responsabilidades y representará igualmente al Centro.
Este pequeño grupo de siete personas eligió el nombre C.I.O.V.I., por Centro de Investigación de Objetos Voladores Inidentificados.
Fue la voluntad de contribuir al país y a la sociedad uruguaya lo que inspiró a todos nosotros en el Centro. Ninguna recompensa, ningún dinero, ni fama, simplemente servicio y un trabajo exigente realizado con honestidad y aplicando los principios científicos.
A lo largo de los años, C.I.O.V.I. fue acreditado como una organización seria. Fuimos capaces de sentarnos en torno a una mesa y tratar con científicos al mismo nivel, porque nos ganamos esa confianza.
También llegamos a ser conocidos y respetados en el exterior. Publicaciones estadounidenses, argentinas y brasileñas nos reconocieron como trabajadores intensos y responsables en Ufología.
La Fuerza Aérea Uruguaya nos tendió una mano y el apoyo que necesitamos para hacer nuestra tarea, y nunca fallamos. Una copia de cada caso investigado fue a la Fuerza Aérea a través de su segunda División, Inteligencia. La Fuerza nos proveyó con valiosa información de tráfico aéreo civil y militar y muchas veces con transporte terrestre. Excepcionalmente solicitamos ser transportados por aire, cuando teníamos que ir muy lejos de la capital, Montevideo.
C.I.O.V.I. trató con cientos de denuncias de OVNI. Ninguna de ellas escapó al meticuloso escrutinio del Centro. Sólo dos permanecieron calificadas como OVNI, hasta que años después –teniendo acceso a información que no tuvimos antes en un caso y reviendo otro—llegamos a plausibles conclusiones y perdieron el carácter de no identificados.
Luego de 50 años de trabajo permanente y sin precedentes en el área, el Consejo Directivo decidió que no había más razón ni nuevos casos que justificaran la continuación del Centro, y cerró sus puertas.
Recibimos gran cantidad de reconocimientos y comentarios elogiosos de muchas partes del mundo y, por supuesto, de la Fuerza Aérea Uruguaya.
El final del C.I.O.V.I. mercó el comienzo del Grupo de Estudio de Fenómenos Aéreos Inusuales, G.E.F.A.I., que es internacional, dedicado a compartir conocimientos sobre Astronomía, Actividad Espacial, Física y noticias acerca del tema UFO, ahora llamado UAP (FANI) por Fenómenos Aéreos No Identificados, por el Pentágopno.
Pueden leer la página web https://uapsg.com/ para estar al tanto de esos relevantes temas.
Milton W. Hourcade
