Tuesday, October 26, 2021

UNA MÚSICA QUE TOCA EL CORAZÓN

Esa música que toca el corazón, es la del pianista, intérprete y autor mexicano ERNESTO CORTÁZAR.[cuadro pintado por mi al acrílico].

La vengo escuchando a diario, desde 2008, cuando alguien tuvo a bien hacérmela llegar a mi correo electrónico. El tema que me enviaron (y hoy día no sé si fue una alusión personal o un pronóstico sobre mi vida, se titulaba "Lonely Island", Isla Solitaria).

El tema es hermoso, pero fue la puerta que se abrió para que yo hurgara en la Internet y me encontrara con otras músicas de Cortázar que fui adquiriendo unas y bajando otras desde una página web que alguien creó, más YouTube.

Ciertamente es una música romántica, un algo nostalgiosa, pero bella siempre.

Confieso que de tanto en tanto me trae recuerdos de maravillosos momentos vividos, pero que he elegido dejar a un costado.

Las más de las veces, alegran mi presente, donde tengo paz interior, donde un pasado bastante próximo no me atormenta ni me provoca sufrimiento. 

Hay cosas injustas en la vida, cosas que nos suceden sin merecerlas. Es el mal que anda por el mundo, y son personas que en vez de procurar hacer el bien, se regocijan en hacer el mal.

Así tuve algunas en un lugar donde trabajé aquí en Estados Unidos. Así conocí a alguien en México, que supo confundirme.

Me cuesta entender el tipo de mezquina y anormal satisfacción que sienten esas personas haciendo el mal, dañando a otras, y refugiándose en una barrera de incomunicación para que no se les pueda interrogar, para no dar explicaciones, para no expresarse libremente y decir qué tienen dentro.

Pero, como decía un amigo, hay una inexorable ley de compensación. El bien que haces vuelve a ti, y el mal que haces también. "Es la ley del boomerang" decía él. Es lo que en Física conocemos como acción y reacción. Y eso es inexorable. 

Por eso, la música de Cortázar es una que toca el corazón, que me hace sentir bien, que me impulsa a seguir mi senda sin que nada ni nadie me perturbe. Y eso hago.

¿Acaso alguna vez, alguna de esas personas tendrá el coraje de comunicarse conmigo, abrir su corazón, explicarse y buscar un perdón?

El perdón está asegurado, pero....a condición de un legítimo arrepentimiento y de una confesión del mal que hicieron. Después de todo, es lo que Emmanuel nos enseñó. 

Invito a todos a descubrir, y si la yo descubrieron, a seguir escuchando la música de Ernesto Cortázar. ¡Disfrútenla!


Milton W. Hourcade

Textos protegidos por derechos de autor.

 

Saturday, October 23, 2021

UNA SENDA LLENA DE SENTIMIENTOS

Decía en mi último blog que retomaba la senda anterior, escribiendo en español.

Y al analizar esa senda, donde la temática humana fue un factor permanente y fundamenal, me di cuenta que el factor común ha sido el de los sentimientos.

Coherente conmigo mismo, yo escribí un día en Twitter (parafraseando a Descartes) "Siento, luego existo". Esa misma frase hace poco la reproduje en Facebook.

Y para mi es una guía señera de lo que de humanos tenemos. 

Cuado sentimos, intensamente, permanentemente, vivimos una de las experiencias más ricas de nuestra existencia.

Una en la cual nos sentimos inspirados para escribir, para cantar, para crear poemas, para pintar, y por supuesto, para amar.

Eso es realmente hermoso.

Pero hay otro aspecto del sentir, profundo, que se transforma en permanente, y es cuando acompañamos la vida de otra persona en todas sus variadas vicisitudes.  

Cuando le entendemos en su sentir, en su cotidianidad, en sus actividades y preocupaciones. Y especialmente cuando, aún a kilómetros de distancia, podemos captarle en sus distintos momentos, y ayudarle a hacer su vida más facil, más placentera.

Cuando podemos comprender y acompañarle en sus gustos, o sus preocupaciones, en sus compras o en sus citas médicas, en sus reuniones familiares y en su soledad. En una palabra, cuando devenimos en se compañero o compañera con la que la otra parte cuenta de seguro.

Ahí los sentimientos cobran otra dimensión. Se transforman en un compañerismo mutuo maravilloso. Y ese vivirlo juntos aún a gran distancia en lo geográfico, especialmente en esta época prolongada de pandemia y de restricciones a la vida normal, es realmente virtuoso.

Y de eso se deriva un placer muy especial. Sólo quienes son capaces de vivir sus sentimientos a ese nivel, pueden comprender a cabalidad cuanto digo.

Pero es una experiencia humana inigualable.

Demanda perdonar errores mutuamente, demanda  identificación, empatía, solidaridad,y entendimiento total.

Se lo deseo a todos/as ustedes.

Milton W. Hourcade  

 

Thursday, October 14, 2021

RETOMANDO LA SENDA ORIGINAL

Este blog lo comencé en 2008. Cuando lo hice y por los primeros años lo escribí en español. Luego pensé que tal vez podía alcanzar también una audiencia en inglés, y me di a escribir en ambos idiomas.

Pero con el correr del tiempo me he dado cuenta que el esfuerzo no lograba la respuesta esperada, de modo que ahora comunico a mis estimados lectores que retomo la senda inicial, y COMPARTIENDO continuará escribiéndose sólo en español.

Tal vez esto ayude a que aumente la cantidad de temas que aborde, que incremente su frecuencia, como ocurrió entre 2008 y 2012.

La pandemia –que algunos podrían pensar que debería haber contribuido a que escribiera más—  por el contrario, hizo que escribiera menos.  No sólo por faltar más motivación al haberse reducido la actividad y los contactos sociales, sino además, por lo abrumador del panorama que se presentaba.

La pandemia demostró fundamentalmente una cosa, que la dije en su momento en este mismo blog: la falibilidad de la especie humana como tal. Su rechazo a acatar pautas que son establecidas por las autoridades de salud buscando el bien de todos. 

Hasta en un tema de salud, en que se juega nuestra propia vida, hay resistencia a pretexto de una libertad mal entendida, y aquí en EE.UU. deliberadamente o torpemente interpretada por Gobernadores de Estados, haciendo de un tema netamente de salud, una cuestión de actitud política.

Entonces se recurrió a la resistencia a usar máscaras, y a la resistencia a vacunarse, lo que ha impedido terminar con el flagelo en tiempo récord y adecuadamente al ser el país mayor productor de las mejores vacunas, y disponiendo de vacunación gratuita.

Pero esto es parte de un proceso de deterioro del ser humano mismo. Deterioro de valores, de pensar y actuar racionalmente.

La carencia de unanimidad en algo en que todos deberíamos estar de acuerdo, muestra una gran falencia.

Afortunadamente, otros países han actuado con otra madurez y hoy día se encuentran aún luchando contra la pandemia, pero con enorme ventaja. Ni la cepa Delta ha hecho estragos.

La disparidad de criterios, la desconfianza sugerida y estimulada, la discusión acerca de la gravedad del virus, el planteo de usar absurdos tratamientos para evitar vacunarse, todo eso ha significado un cuantioso fracaso.

Afortunadamente, otros países –y me enorgullezco en decir que Uruguay es un ejemplo—tuvieron una mentalidad y una actitud diferente, y eso les ha redundado y sigue redundándole en un gran beneficio.

Si tan siquiera en EE.UU. hubiera personas dispuestas a recapacitar y a estimular a la población a vacunarse,  y me refiero a las autoridades de varios Estados, se viviría desde hace rato una situación positiva y diferente.

Aún así, ingentes esfuerzos están dando resultados mejores.

Pero la humanidad tiene que aprender a enfrentar como una sola entidad, unida, grandes desafíos, porque es la única manera de subsistir, de continuar viviendo.

Piénsenlo.

Milton W. Hourcade