Para referirnos a la magnitud tiempo necesitamos establecer primero la naturaleza del mismo, y nada mejor que la definición que nos provee la Física: se llama tiempo a una magnitud que sirve para medir la duración o la separación de uno o más acontecimientos. Esto permite ordenarlos en una secuencia (pasado, presente, futuro) y determinar si ocurren o no en simultáneo.
Y me interesa destacar --para lo que aquí quiero compartir con ustedes-- que el tiempo permite medir "la separación de uno o más acontecimientos".
Les seré franco, a mi me sorprende de pronto recordar a ciertas personas o hechos, y percatarme que no pasó hace poco, sino hace 10 o 15 años, "y parece que fue ayer".
Y les pregunto: ¿a ustedes les pasa lo mismo?
Es como que en la memoria el tiempo se contrajera, y si bien su magnitud nos permite medir "la separación de uno o más acontecimientos", por otro lado parece que tal separación no es tan grande, que todo está más cerca, y por tanto, también nos influye, emociona, o se no hace más vívido.
Porque al repasar mentalmente lugares, personas, circunstancias, cosas que hemos vivido, nos parece irreal que haya pasado tanto tiempo, que las debamos ubicar más lejos. Que esas personas que formaron a distintos niveles y por distintas razones parte de nuestras vidas, ya no estén entre nosotros por ejemplo, que ya hayan fallecido.
Como digo, hay una percepción distorsionada del tiempo que juega en nuestro inconsciente y que nos aproxima mucho más a un pasado que en realidad es más lejano.
No sé por qué ocurre eso, pero sí sucede.
Puede que sólo acontezca con lugares y personas que han tenido que ver bastante con nosotros. Una circunstancia así se plantea en relación al lugar donde hemos trabajado por años, y a las compañeras y compañeros de labor, por ejemplo.
Hay anécdotas, colaboración, trabajo en equipo, y un relacionamiento personal donde muchas veces se hace presente el afecto.
Hay también circunstancias desdichadas, donde recordamos a alguien pero le aborrecemos, porque nos ha hecho sufrir, porque cometió una injusticia con nosotros, porque nos hizo daño.
En cierta medida, toda cosa, circunstancia, hecho que haya tocado a nuestros sentimientos, a nuestra personalidad, a quien somos esencialmente, ocupará un lugar en nuestra memoria.
Y tal vez la mayor cercanía o distancia en el tiempo, se dé por la calidad de relación que tuvimos con determinda persona, lugar, ambiente, etc.
Si a alguien no le ocurre eso, le agradecere que lo comparta escribiéndome a enigma0458@gmail.com