Saturday, October 1, 2022

LA VIDA PRIMERO

 El terrible huracán IAN, que aún asuela territorio ameriano, con una potencia de categoría 4, ha dejado su secuela de al menos 77 personas muertas en el Estado de la Florida.


Una marejada ciclónica destruyó y arrastró casas al SW de Florida. Una inmensa corriente de agua de 7 metros de altura arrasaba con todo. Gente recurrió a los techos de sus casas para no morir ahogada.

La Guardia Nacional realizó más de 270 rescates, pero hubo un total de 1.100 personas rescatadas por la iniciativa de personas que se dispusieron a realizar esa tarea.

Los vientos soplaron a 120 millas por hora, equivalente a 193 kilómetros por hora.

Millones de personas quedaron sin energía eléctrica, pero la eficiencia de los servicios están restableciendo con toda la rapidez que pueden el fluido eléctrico.

Esta es una descripción somera de los princiaples razgos de lo que ha dejado este huracán.

Pero lo más importante que queda es el drama humano.

La pérdida de seres queridos.

La pérdida de todo o buena parte de los bienes materiales que formaban parte de la vida cotidiana de miles de personas. Sus viviendas, sus electrodomésticos, sus muebles y enseres, sus cuadros, sus recurdos de familia....todo perdido.

Es tremendamente doloroso. Y es muy dificil que personas de más de 50 o 60 años puedan siquiera pensar en reconstruir sus vidas tal y cual las tuvieron hasta ahora.

La desazón, la angustia, el dolor les acompaña, pero el llamado a la vida se impone. Y --afortunadamente-- han continuado vivos.

Y en medio de las circunstancias más aciagas, lo más importante es la vida, siempre la vida.

Que lo digan si no, todos quienes huyeron de la guerra en Ucrania, refugiándose en países vecinos.

Que lo digan los jóvenes que antes de ser reclutados para la guerra,  huyen de Rusia.

Que lo digan los miles y miles que siguen huyendo de Cuba, Venezuela y Nicaragua.

Porque la vida está primero. Porque la vida es el máximo valor a preservar. 

Un acto terrorista, una guerra, o un fenómeno natural como un huracán, o un tornado, o un terremoto,  puede hacernos perder todo cuanto tenemos en nuestra vivienda, y hasta la vivienda misma. 

Pero si salvamos la vida, siempre hay esperanza.

Porque en circunstancias realmente aciagas, siempre hay organizaciones, países y personas, que están dispuestas a ayudarnos.

Por la misma razón, cuando sobreviene una circunstancia terrible como la de un huracán, o un terremoto, o un incendio voraz e incontenible, lo primero es salvar la vida, y no quedarse en donde uno ha habitado hasta ese momento, porque no sólo se corre el riesgo de perder todo lo que se tiene materialmente, sino de perderse uno mismo.

La vida, siempre primero.

Milton W. Hourcade



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