Saturday, October 25, 2014

MI GRATITUD A USTEDES

Siempre procuro ser justo. Lo que debo lo pago. Lo que prometo lo cumplo. Actúo con coherencia y responsabilidad, y exijo lo mismo a cambio.

Y por ser justo, hoy como autor, como escritor de blogs, libros, etc. quiero serlo con mis lectores de este blog en particular.

Veo cómo me siguen con fidelidad en Estados Unidos de América, y en México, y verifico cómo ha crecido el número de lectores en otros países de América Latina, especialmente Colombia, al que le siguen Ecuador, Perú, Bolivia, Argentina y Uruguay. 

Curiosamente no me leen en Chile, y me sonrío por el mero hecho de pensar que ¡la Cordillera no les impide hacerlo!

A todas y todos quienes me leen, les digo que siento tengo una deuda grande con ustedes. Una deuda de gratitud, porque no es un día, sino que ya son años de seguimiento constante, firme, permanente. 

Eso me indica que este blog les sirve, les es útil, gustan leerlo, concuerden o no conmigo. Tal vez facilita un diálogo entre amigos o la familia. Tal vez provoca una discusión. Tal vez les hace reflexionar en valores y en situaciones de la vida.  Porque después de todo, yo comparto lo que pienso, lo que siento, mis valores, y mi encare de la existencia.

Y hablando de esto último, me sorprendió gratamente enterarme hoy por una red de televisión, de la aparición de un nuevo libro cuyo autor --un neurocirujano-- estuvo en coma, declarado clínicamente muerto, y regresó a este lado, para contar lo que vivió.

Se trata del Dr. Eben Alexander, y su libro se titula "Proof of Heaven", que libremente podemos traducir como "La Prueba del Cielo" o más centrados en el concepto de la frase se podría decir "Prueba de que el Cielo Existe", entendiendo por cielo un ámbito totalmente otro al cotidiano. Un ámbito en que no necesitamos nuestro cuerpo: la eternidad. 

Y una constatación para mi importantísima que hace el Dr. Alexander, es que nuestra consciencia no depende de nuestro cerebro.  

O sea, que nuestra base física cerebral (a la que una versión científica totalmente materialista atribuye que todo cuanto
pensamos y sentimos se resume a la acción de enzimas y de contactos neuronales) no es necesaria para  que sigamos siendo nosotros, cuando traspasamos el umbral de esta existencia.  Para decirlo en sus propias palabras: "la consciencia existe más allá del cuerpo".

Claro, alguien escéptico dirá que aunque el cortex cerebral del Dr. Alexander estaba totalmente fuera de funcionamiento, otras partes del cerebro seguían funcionando, y a ello se debe lo que el neurocirujano experimentó, vio y escuchó en el "cielo".

Pero considero que vale la pena leer el libro porque el neurocirujano seguramente ha de responder a tal objeción.

Vale la pena señalar también que el Dr. Alexander era un escéptico de este tipo de experiencias de vida después de la muerte; y que no fueron minutos, sino que el Dr. Alexander permaneció en estado vegetativo por siete días consecutivos.

Vaya este relato como un modestísimo obsequio a todas y todos mis lectores, a quienes sin conocer, les valoro porque tienen algo que ver conmigo y yo con ellos/as. 

Ya saben que pueden hacerme llegar sus comentarios, ideas, sugerencias, o un simple saludo, escribiéndome a enigma0458@gmail. com    

Será una buena forma de irnos conociendo más.

enigma
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