Tuesday, October 7, 2014

UNA ESPOSA ES MÁS QUE ESO

Como hombre, pienso que el amor de una mujer lo es casi todo para uno.

Es por ella que uno encuentra sentido a la vida, es por ella que se trabaja y lucha para llevar al hogar todo cuanto es necesario para el diario vivir, es por ella y gracias a ella que vienen los hijos al mundo, es por ella que se hacen sacrificios, y es por ella que uno está dispuesto a darlo todo. 

Cuando hay amor, todo eso es realidad. Todo eso es una hermosa forma de existencia. La pareja como tal cobra pleno sentido. Y por supuesto que ese amor demanda reciprocidad.

Cuando nos sentimos amados, somos capaces de hacer lo increíble, y lo hacemos con enorme felicidad. El amor es una fuerza poderosísima y tremenda, que no sólo une y cohesiona, sino que sostiene, impulsa, da ánimo, da coraje. 

Pero una esposa no es sólo eso, esposa porque vive con uno, y madre de los hijos. La esposa para el hombre es un poco como una segunda madre. Porque naturalmente como mujer tiene un instinto maternal que le es inherente.

Entonces la esposa es la que pone paz cuando estamos estresados, es la que nos habla suave cuando estamos nerviosos, es la que escucha con atención nuestras cuitas, y en el diálogo nos ayuda a ver cosas que las mujeres en general, perciben diferente a los hombres. 

La esposa es la que pondrá nuestra cabeza en su pecho, y nos hará mimos, y nos dará caricias que nos devolverán confianza, que nos proporcionarán tranquilidad, una sensación de tibio refugio, que nos hace un inmenso bien, que es como un bálsamo.

Y también será la esposa la que con su belleza física, la hermosura de sus ojos, sus labios, su piel, su cuerpo todo, dará satisfacción plena a la unión íntima y al goce estupendo, en que los dos somos literalmente uno, y la pasión desordena las sábanas, pero da el orden más maravilloso al corazón.

La esposa será además esa compañera fiel, que no nos traicionará ni nos dará la espalda, sino que alerta a nuestras necesidades, y la realidad del hogar, luchará codo con codo por llevar las cosas adelante, por salir airosos de una situacion dificil. Y en medio de todo eso, derramará su cuota de ternura.

También será ella capaz de aplicar fuerza física para mover un mueble, pintar una pared, colgar cortinas, o empujar el vehículo si se nos quedó sin batería.

Y la esposa será también ese ser humano dotado de capacidad intelectual y formación profesional, que las aplicará cotidianamente en su trabajo, con lo cual también aportará económicamente a las necesidades del hogar, pero a su vez desarrollará su peculiar talento.

La esposa es alguien que nos escuchará y a quien debemos escuchar. Tenemos entre ambos que ser interlocutores válidos.

Y por sobre todo, la esposa será nuestra compañera de vida. No importa donde estemos, donde vayamos, dónde nos mande nuestra compañía, o el cambio de vida que hayamos hecho, allí ella vendrá con nosotros. No nos dejará solos.

En estos días, un muy querido amigo recordaba a su esposa, que repentinamente, en un ataque al corazón, partiera hacia la eternidad.  Él como yo, ha quedado viudo cuando jamás esperaba que eso le ocurriera. Cuando esa misma noche, antes de la tragedia, ¡habían estado haciendo planes para unas próximas vacaciones!.

Sé como él se siente, porque se amaban, porque fueron grandes compañeros de vida. Lo que él escribió en Facebook me llevó a redactar esto que he escrito aquí. 

Tómese como un reconocimiento y homenaje a las buenas esposas que las hay, y muchas.

Por supuesto que los maridos tienen que ser también merecedores de que una esposa sea así con ellos. Y cuando no, como siempre lo digo: ahí está el divorcio. Porque más vale separarse que aguantarse. 

Y los hijos no pueden servir de excusa para seguir prolongando situaciones insostenibles.

 enigma
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