Viernes Santo, Abril
10 de 2020
Advertencia: esta es una reflexión de Semana Santa. No
todos van a ser capaces de entenderla, y no todos, por lo tanto, la aceptarán o
estarán de acuerdo. Yo ya lo sé. Esto está escrito para quienes tienen oídos
para oír y ojos para ver, como dijo Jesús. (Mateo 13:9-15).
Jesús anunció que “el reino de Dios está cerca” y llamó a “arrepentirse”.
El arrepentimiento es la puerta que tienes que abrir para tener acceso al reino de Dios.
Jesús dijo: “Esforzáos a entrar por la puerta estrecha” (Lucas 13:24).
La palabra traducida en nuestro idioma como “arrepentimiento” pertenece al griego “metanoia”, de meta que significa después o más allá y nous que significa mente.
Ello implica un momento decisivo entre lo que hemos estado siendo, y emprender una nueva dirección en nuestras vidas, un verdadero cambio sustancial.
Solamente mediante el proceso de arrepentimiento podemos pasar la puerta estrecha y tener acceso al reino de Dios.
Pero la voluntad de atravesar la puerta estrecha implica fe. Y fe es el deseo de vivir lo que hasta ahora no conocemos.
Y ¿qué, dónde y cómo es este “reino de Dios”?
Para simplificar el entendimiento diría que es el ámbito divino.
Así como hay un ámbito humano, hay un ámbito divino.
Habitualmente, la vasta mayoría de la población de la Tierra vive en el ámbito humano y muy pocos son capaces y quieren relacionarse con el ámbito divino. En parte porque no saben sobre el mismo, tienen una información equivocada o deformada acerca del mismo. Hasta cierto punto, no es su culpa.
Pero Jesús dijo: “Buscad primeramente el reino de Dios” (Mateo 6:33)
En otras palabras, busquen primero pasar por la “puerta estrecha” y entrar en el ámbito divino. Este ámbito divino es el ambiente del Espíritu Santo (en griego Hagios Pneumatos) el que tiene Jesús, el que Él comparte con todos quienes buscan tenerlo.
De la misma manera que nosotros como cuerpos necesitamos aire para respirar para estar vivos, quien ha cruzado la puerta estrecha y comenzó a relacionarse con el ámbito divino necesita y tendrá este “nuevo aire” que es santo porque pertenece al ámbito divino, el ámbito de Dios, Jesús, los Ángeles, María, los Mártires.
Como humanos, podemos enfermarnos, sentir dolor, sufrir por diferentes razones (piensa en Jesús en un día como hoy) pero teniendo el Espíritu Santo podemos ir a través de todo eso de una manera diferente que otros.
Es con este Espíritu Santo que podemos tener un nuevo tipo de vida. Es con este Espíritu Santo que los milagros (la repentina alteración de cómo las cosas evolucionan habitualmente) pueden ocurrir, es con este Espíritu Santo en ti que serás capaz de realizar milagros. No debido a ti, sino por el Espíritu Santo que está en ti. ¡Y ellos ocurren!
Por lo tanto, el reino de Dios está en ti. ¿Cuándo? Bueno, en todo momento de tu vida.
Algunas veces tu naturaleza humana puede tender a constreñir al Espíritu Santo, (somos imperfectos, podemos caer en pecado) pero una vez que has entrado en el ámbito divino puedo asegurarte que Dios nunca te abandona. Así de grande es el amor de Dios.
Si has leído este mensaje hasta aquí, espero que busques pasar por la puerta estrecha y entrar en el Ámbito Divino, y entonces recibirás las bendiciones de Dios.
Milton W. Hourcade
Textos protegidos por derechos de autor.
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