Thursday, October 14, 2021

RETOMANDO LA SENDA ORIGINAL

Este blog lo comencé en 2008. Cuando lo hice y por los primeros años lo escribí en español. Luego pensé que tal vez podía alcanzar también una audiencia en inglés, y me di a escribir en ambos idiomas.

Pero con el correr del tiempo me he dado cuenta que el esfuerzo no lograba la respuesta esperada, de modo que ahora comunico a mis estimados lectores que retomo la senda inicial, y COMPARTIENDO continuará escribiéndose sólo en español.

Tal vez esto ayude a que aumente la cantidad de temas que aborde, que incremente su frecuencia, como ocurrió entre 2008 y 2012.

La pandemia –que algunos podrían pensar que debería haber contribuido a que escribiera más—  por el contrario, hizo que escribiera menos.  No sólo por faltar más motivación al haberse reducido la actividad y los contactos sociales, sino además, por lo abrumador del panorama que se presentaba.

La pandemia demostró fundamentalmente una cosa, que la dije en su momento en este mismo blog: la falibilidad de la especie humana como tal. Su rechazo a acatar pautas que son establecidas por las autoridades de salud buscando el bien de todos. 

Hasta en un tema de salud, en que se juega nuestra propia vida, hay resistencia a pretexto de una libertad mal entendida, y aquí en EE.UU. deliberadamente o torpemente interpretada por Gobernadores de Estados, haciendo de un tema netamente de salud, una cuestión de actitud política.

Entonces se recurrió a la resistencia a usar máscaras, y a la resistencia a vacunarse, lo que ha impedido terminar con el flagelo en tiempo récord y adecuadamente al ser el país mayor productor de las mejores vacunas, y disponiendo de vacunación gratuita.

Pero esto es parte de un proceso de deterioro del ser humano mismo. Deterioro de valores, de pensar y actuar racionalmente.

La carencia de unanimidad en algo en que todos deberíamos estar de acuerdo, muestra una gran falencia.

Afortunadamente, otros países han actuado con otra madurez y hoy día se encuentran aún luchando contra la pandemia, pero con enorme ventaja. Ni la cepa Delta ha hecho estragos.

La disparidad de criterios, la desconfianza sugerida y estimulada, la discusión acerca de la gravedad del virus, el planteo de usar absurdos tratamientos para evitar vacunarse, todo eso ha significado un cuantioso fracaso.

Afortunadamente, otros países –y me enorgullezco en decir que Uruguay es un ejemplo—tuvieron una mentalidad y una actitud diferente, y eso les ha redundado y sigue redundándole en un gran beneficio.

Si tan siquiera en EE.UU. hubiera personas dispuestas a recapacitar y a estimular a la población a vacunarse,  y me refiero a las autoridades de varios Estados, se viviría desde hace rato una situación positiva y diferente.

Aún así, ingentes esfuerzos están dando resultados mejores.

Pero la humanidad tiene que aprender a enfrentar como una sola entidad, unida, grandes desafíos, porque es la única manera de subsistir, de continuar viviendo.

Piénsenlo.

Milton W. Hourcade

 

 

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