Saturday, May 28, 2022

¡CUÁN DIFICIL ES ENTENDERSE!, PERO ES POSIBLE


De por sí, el hablar diferentes idiomas, tener una diferente cultura, habitar en un país distinto al propio, son elementos más que suficientes para que nos cueste entender una realidad en la que estamos.

Ese puede ser el sentir profundo de algunos inmigrantes, porque emigrar no es fácil. Y aunque no se pierdan las raíces, si –como yo lo hago- todos los años se retorna al país de origen, sin embargo, hay quienes no pueden hacerlo, y aún si pueden, sus sensibilidades son tales, o la dificultad de comunicarse en el nuevo ámbito y adoptar como propios sus usos y costumbres, determinan que la persona se sienta una isla en medio de un océano.

Es difícil entenderse.

Pero cuando –aunque partiendo de dos culturas distintas— se habla un mismo idioma, se comparten ciertos valores fundamentales, y por sobre todo, hay un vínculo muy fuerte –como puede ser el de la amistad— entonces, no poder colocarse en la situación de la otra parte, carecer de empatía, no intentar decididamente captar la tesitura del otro o la otra, es cerrarse totalmente al entendimiento.

Y no hay entendimiento posible si no hay comunicación.

Más allá de una llamada telefónica respondida con un monólogo de protesta, palabras destempladas o gritos, quien así proceda pierde toda calidad humana, todo sentido no sólo ético sino simplemente lógico. Vomita palabra tras palabra para no dejar hablar, para impedir de ex profeso, un diálogo que sería lo único que valdría en sí y como tal.

Cuesta entender el comportamiento de personas que alguien puede calificar de inteligentes, cultas y preparadas, si en la práctica proceden de tal manera. Si se cierran. Si se anulan. Si dejan de ser.

Personalmente siempre estoy abierto al diálogo, respetuoso, inteligente, y sobre todo, sincero. A nadie le cierro la puerta, y si alguien hace el esfuerzo de alcanzarme y comunicarse conmigo, no le cuelgo la llamada, o bloqueo sus correos, o contesto con un absurdo monólogo que lo que intenta además de evitar justamente escuchar a quien ha buscado comunicarse, conlleva de por sí una falta de respeto y de consideración total.

Pero cuando eso viene de una persona que se la ve como inteligente, culta, profesional, entonces ¡es el colmo!

Hay que hacer el esfuerzo de entenderse, de entender al otro, la otra. Pero ello presupone un diálogo franco, abierto, leal. Sin diálogo, el entendimiento es imposible.

No importa que se hable el mismo idioma. Por el contrario, ello agrava más la situación.

Todos somos esencialmente humanos, pero nuestra etnia, nuestra cultura, nuestras costumbres, marcan nuestras respectivas personalidades, y  es allí donde están las áreas a trabajar para esforzarnos por establecer un entendimiento verdadero.

¿Es posible entenderse?

Pienso que sí. Que no es fácil pero sí realizable. Sólo que tiene que estar la sincera voluntad de alcanzar ese objetivo.

Y entenderse implica primero que nada escuchar.

Luego de escuchar, saber interpretar a nuestro/a interlocutor/a, y a partir de ahí, arrancar un diálogo.

Y para romper el  hielo, es menester demostrar simpatía, hacer algún chiste, tal vez surgido espontáneamente, tal vez recordando alguna situación jocosa vivida en común. Algo que venza la distancia mental, y acerque  a las partes, como simples seres humanos.

Después de todo, reír juntos es el mejor comienzo. ¡Y es posible!

Milton W. Hourcade



 

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