Sunday, June 4, 2023

SOBRE LA PAZ

Amigos y amigas todos, esta tarde, en mi soledad sentí la necesidad de compartir algo con ustedes.

Me siendo un tremendo deudor, especialmente de todos de ustedes quienes han seguido mi serie de artículos escritos en este lugar de la Internet. 

Porque hubo momentos estupendos, fecundos, productivos, en que llegué a escribir 204 artículos en 2014 (la última vez en que escribí tantos). 

Y después, poco a poco, como una llama que se va extinguiendo lentamente, la cantidad de artículos fue amainando, hasta llegar a la vergüenza de 25 en todo el año 2022.

De 2009 a 2015 fueron los años en que más escribí, en que abordé diferentes temáticas: el amor, la amistad, los niños nuestros adultos, la violencia en el mundo, la sexualidad, etc. 

¿Qué escribir hoy? 

Dos preocupaciones: la paz mundial y la sociedad estadounidense en la cual vivo.

Déjenme que diga algo sobre la paz mundial.

Esa paz tan anhelada y nunca cumplida a cabalidad, porque no creo exagerar si digo que luego de la Segunda Guerra Mundial, no hubo casi un día en que no haya habido guerra en alguna parte del planeta.

Puede haber sido una confrontación interna en un país entre facciones armadas rivales, o el conflicto cada tanto renovado entre la facción palestina Al Fatah e Israel, o bien fue la guerra en Vietnam, en las Islas Malvinas, o en Irak o Afganistán, como ahora en Ucrania, y facciones en Somalia. 

Detrás de todo, siempre hay enormes intereses financieros y de influencia política en juego. Y siempre salen ganando los fabricantes de armamento. ¡Qué horror! y qué sinsentido, llamarse humanos, y ser lo más des-humanizados posible.

Hablar de paz, darse la mano con adversarios, pero detrás de la fachada, la siempre terrible incógnita de hasta cuándo se darán la mano, o se dirán de todo entre sí, y se lanzarán a la loca aventura de una guerra capaz de terminar con la Tierra toda, de usarse armas nucleares.

El primer paso hacia una paz segura, sería la destrucción de TODAS las armas nucleares. Un mundo sin armas nucleares al menos aseguraría que el planeta como tal no podría ser destruído y que por generaciones no habría que lamentar secuelas de la exposición a radiación.

Lo otro a no tolerar, es el expansionismo. Rusia invadiendo Ucrania. China con ganas de apropiarse de Taiwán. 

Pero aparte de las acciones bélicas o cuasi bélicas, está el expansionismo solapado de los vínculos culturales, de los vínculos comerciales que aplican un nudo a los socios más débiles, de la presencia física de extranjeros adquiriendo tierras, cursos de agua, etc. edificando en zonas que luego se transforman de ingreso restringido a quienes no son los extranjeros que las han edificado, etc. 

Y entre medio, el robo de patentes y de ideas sobre diferentes adelantos tecnológicos a todos los niveles, y la presencia solapada de espías, a pretexto de poner negocios, e instituciones culturales o deportivas, y otras. Y ni qué hablar del hackeo por Internet.

Todas esas formas revisten una invasión, el ejercicio efectivo de un dominio creciente, un verdadero imperialismo. Y todo eso debe terminarse, porque en tanto eso esté, se tolere, o se ignore, es también imposible cimentar una auténtica paz.

Esto pienso. 

Milton W. Hourcade




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