Thursday, March 5, 2009

TRISTEZA

Los primeros autobuses llevan a los madrugadores a sus trabajos.

Son las 5 de la mañana en Montevideo, Uruguay, las 2 de la madrugada en Annandale, Virginia, apenas la 1 en México, D.F. En esos lugares tal vez haya quien se esté recién acostando. Aquí nos levantamos. Así funciona el huso horario, mientras el planeta sigue girando.

Pero estoy triste.Y qué lamentable es sentirse asi cuando se está de vacaciones y todos te dicen: "diviértete".

Y lo que me entristece es la incongruencia de alguna gente. Es la falta de una coherencia intrínseca. Es el andar con paños tibios, el decirse y desdecirse, las marchas y contramarchs que finalmente, lo desdibujan todo y crean una incertidumbre total.

Cada ser humano, cada uno de nosotros, es un proyecto de vida.

Y lo que cada quien tiene que plantearse es: quién soy y quién quiero ser. Ello también implica un autoanálsis respecto al cómo soy.

La vida no es amoldamiento a lo que está, sometimiento a las condiciones dadas, anquilosamiento, retrogradación. La vida es cambio, y el cambio es transformación. Es el "Yes we can" que hizo posible que Barack Obama llegase a la presidencia de Estados Unidos.

Vivir requiere asumir ciertos riesgos y jugarse por lo que son las convicciones más firmes y los sentimientos más fuertes y genuinos. Vivir es estar dispuesto al cambio, buscarlo y concretarlo.

Tal vez un ejemplo histórico ilustre magníficamente cuanto quiero significar.

Cuando Moisés llamó a su puebo a salir de la esclavitud en Egipto y marchar hacia la tierra prometida, no tenían más que el desierto por delante.

Atrás quedaban la ciudad, las casas, las ollas con comida. Pero la mayoría apostó por el futuro, y siguió a su líder. Eso constituyó la dramática experiencia del Éxodo.

Hay momentos en la vida en que, para realmente ser, ser nosotros mismos, tenemos que experimentar un éxodo personal.

Claro, hubo unos pocos que no siguieron a Moisés. Eligieron quedarse en lo conocido, prefirieron seguir sometidos a Faraón.

¡Pero la cobardía no hace historia!

Hace unos años un científico me decía:"Yo desterraría la palabra imposible. Que no podamos algo hoy no significa que no lo podamos mañana".

Siempre me quedaron grabadas esas palabras. Y realmente yo mismo soy reticente a aceptar el concepto de lo imposible.

Muchas veces decimos imposible de antemano, sin siquiera animarnos a intentar hacer que algo que parecía imposible se transforme en posible. Sin molestarnos en verificar si algo es finalmente viable.

Nos paraliza el temor, lo nuevo por conocer, el arriesgarnos a intentar. Claro, es más cómodo quedarse en el hoy conocido, pero eso no es vivir, eso es adquirir la muerte a plazos. Vamos falleciendo cada día, un poco más.

Como dice la canción: "ya no da más para vivir un sentimiento sin sentido" (Como un día de Domingo)

Vivir entonces, es convertir en realidad nuestros sueños.

Y para ello, hay que comenzar por un autoanálisis: ¿quién soy, quién quiero llegar a ser?. ¿Cómo estoy, cómo quiero estar?, ¿Con quién estoy, y con quién quiero estar?

Y luego, planificar en consecuencia. Ir en pos de la meta anhelada. Buscar las maneras y formas de abrir un futuro hacia una perspectiva distinta, diferente, capaz de saciar nuestras ansias y darnos la felicidad que nos merecemos.

El éxodo es esencialmente una salida. La salida de una realidad conocida, a una por conocer.

Implica no quedarnos en el presente, sino apostar por el futuro. Esencialmente, implica jugarnos por aquello que arrebata nuestro corazón, por aquello que sabemos es auténtico, por aquello que desde el mañana nos convoca a transformar nuestro presente.

La pregunta clave entonces es: ¿estamos dispuestos", ¿queremos ser?, ¿nos animamos a ser, o elegimos amoldarnos a existir aplastados en la chatura cotidiana que actualmente soportamos? ¿y por cuánto tiempo más la soportaremos?

Cuando alguien está dispuesto a quemar sus naves en pos de la aventura de vivir, renace la esperanza. Es como lo dice la canción "Contigo partiré".

Cuando no, nos queda la tristeza. Tal vez por eso, hoy me siento triste.

enigma

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