Tal vez suene paradojal, viajar al Sur al encuentro del verano y tener una segunda noche de viento, lluvia y descenso pronunciado de la temperatura.
Acabo de estar con un muy buen amigo, profesor de Química, a quien no veìa desde 2011 y me agradó encontrarle muy bien. Platicamos por tres horas. Asì se vive la amistad aquí.
Ahora, solo en mi apartamento, me envuelve el silencio y esa sensaciòn especial de distancia de los seres queridos.
Llamè por teléfono a mi hijo, supe de la familia allá en Iowa.
Pero la lluvia continúa, y me provoca una especie de melancolía, donde echo de menos momentos hermosos vividos en vacaciones en algùn otro lugar del planeta.
De cualquier manera aún tengo por delante variada actividad y encuentros con muchos amigos/as, los que todavía no se han producido.
Pienso pronto ir al primer balneario uruguayo --Punta del Este-- y disfrutar de la playa y el reencuentro con un estimadísimo colega --ex Secretario de Redacciòn del diario "El País"-- que pasa allá con su familia la temporada.
Está por llegar mi hermano desde Buenos Aires. Y hoy nuevamente tuve el privilegio de visitar a mi madre que lleva sus 99 años en forma maravillosa.
En este momento, aquí solo, doy gracias por todo cuanto he podido y puedo hacer en esta existencia, por el camino que me queda por delante, por el amor que soy capaz de sentir y que puedo dar, por los amigos/as, por el Ser en Sí que me protege y está siempre conmigo.
La radio desgrana las estrofas de la canción "Words don't come easily" y sí, a veces las palabras se quedan cortas y son incapaces de expresar toda la inmensa carga sentimental que llevo conmigo.
enigma
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