Monday, January 27, 2014

La palabra de turno: discreción....silencio!

Por más edad que se tenga, en la vida hay que aprender ciertas lecciones, y a veces son duras de asimilar. 

¿Cómo pedirle --por ejemplo-- a un niño, que no exteriorice su alegría al encontrar los regalos que le dejaron los Reyes Magos, o Papa Noël, o Santa Claus?

¿Cómo pedirle a un enamorado que calle su amor, que no le cuente a nadie, que sus ojos mismos no revelen una enorme felicidad interior que hace que le pregunten "qué te pasa que estás tan contento"?

Todo eso es tan simple, sencillo y tan profundamente humano, que uno deja de serlo si no lo vive así.

Sin embargo, las complejas relaciones sociales, los esquemas en que se manejan algunas culturas, etc. imponen reglas, y una de esas reglas es la discreción.

En otras palabras "de lo nuestro no tiene que saber nadie"....o sea, no exteriorices que eres feliz conmigo, disimula, haz como que todo es rutina...no pronuncies ni por equívoco mi nombre...menos publiques nada de mi en tu blog, o en Facebook, o en Twitter. No quiero que me menciones para nada. Haz de cuenta que no existo, ocúltame.....

Y uno haciendo un esfuerzo sobrehumano --al menos en mi caso-- tiene que acatar, aceptar, y lo más importante, internalizar, o sea hacer propias, esas reglas del juego. Sólo así es posible jugar, si no, el juego se acaba. La otra parte se enoja, se ofende extremadamente, se siente exhibida, expuesta, traicionada, cree ser presionada o chantajeada...en fin, ya es casi la locura...y todo por decir de alguna manera que me importa, que no me es indiferente...que la quiero...

Pero bueno, como así ha de ser y como me he comprometido a que así sea --y espero se valore y aprecie esto-- de aquí en más, determinado ser humano que habita este planeta no será jamás vuelto a nombrar, menos a mostrar una foto, ni  a referirle de manera alguna.

Discreción total....tal vez así sea mejor. Tal vez, dirá ella, así debió ser siempre, "¡caray que te costó entenderlo....ahora has estropeado bastante las cosas y no tienes idea de lo que me ha costado a mi sostener ciertas estructuras a punto de derrumbarse, todo por tu culpa, por abrir tu boca, por dar a conocer a otros lo que sólo nos concernía a mi y a ti!!". Claro, yo nunca he sabido de costos, de problemas, de dificultades que ella haya tenido. Jamás me los ha referido, y mejor si no los tuvo nunca. Jamás fue mi intención provocárselos. Espero me crea.

De cualquier manera, si hubo un daño, el daño ya estuvo hecho. Ahora, es dificil reconstruir lo que fue hermosísimo. Y por eso duele, me duele. Porque me he traicionado a mi mismo. Porque en mi entusiasmo, no supe controlarme como para usar eso llamado discreción.

Lección aprendida, ¡lo aseguro! 

Ojalá el tiempo ayude a limar asperezas y a demostrarle a quien corresponde, que efectivamente, desde hoy, practicaré esa discreción. Y ¡podrá ponerme a prueba para constatarlo!


enigma
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