“Según
opinión de los investigadores, en el año 2020 se producirá un punto de
inflexión tecnológica, gracias a que los robots serán capaces de ver,
actuar, sentir, etc., y nuestra relación con ellos será constante y mucho más
cercana.
Los robots
androides que se construirán a partir de ese año contaran con funciones y
niveles de inteligencia y se convertirán en compañeros de la especie humana.
Los robots con este tipo de características cambiaran el futuro de nuestra
sociedad y de nuestra forma de vivir ya que podremos tenerlos en casa para
que nos ayuden en tareas como de limpieza, o también hasta con la educación de
los niños.” Del blog “Robótica”.
Por ahora nos
tratamos entre humanos, y sabemos que somos imperfectos. Fallamos, somos muy
complejos.
La vida no es simple, nos enfrenta a múltiples situaciones, agradables y de las otras, previsibles e insospechadas. De todas ellas bueno es extraer una lección, un aprendizaje que nos sirva para el futuro.
La vida no es simple, nos enfrenta a múltiples situaciones, agradables y de las otras, previsibles e insospechadas. De todas ellas bueno es extraer una lección, un aprendizaje que nos sirva para el futuro.
Pero si algo nos
cuesta es reconocer cuándo y cuánto nos equivocamos. Dónde y cómo han estado
nuestros errores. Reconocerlos no sólo íntimamente, para nosotros mismos, sino
ante la persona a quien le debemos una explicación, una disculpa, o aún darla públicamente,
si es del caso.
Es que muchas veces
el orgullo, o la errónea idea de que siempre nos asiste la razón, o lo que
otros nos dicen, hace que no seamos capaces de actuar con humildad, y de explicitarnos,
de hacer entender cómo o por qué hemos actuado de determinada forma, hemos
dicho ciertas cosas, y mostrar que sinceramente estamos arrepentidos de haber
procedido de tal manera. O al menos comprender de que es necesario que nos
expliquemos para que se nos comprenda.
Ese reconocimiento de
los errores propios, es sumamente importante. Nos enaltece en lugar de
empequeñecernos. Nos dignifica, en lugar de rebajarnos.
Y hace que los demás
nos valoren y quieran por ser justamente así. Por tener una actitud semejante.
Cuando la Tierra se
pueble de robots, cuando con formas humanas les tengamos en nuestros hogares
haciendo muchas de las tareas que ahora hacemos, no podrán disculparse ni
reconocer errores. De sus errores nos daremos cuenta, y repararemos sus
circuitos dado el caso.
Pero justamente
nosotros, humanos, no podemos ser reparados por otros, tenemos que reparar
nosotros mismos nuestros circuitos del pensar, sentir y actuar, para proceder
como corresponde.
Es nuestro
privilegio. También nuestro desafío.
enigma
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En YouTube ver:
"Sé tú mismo, tu misma" https://www.youtube.com/watch?v=xHoecEFxIvY&feature=youtu.be
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