Monday, March 25, 2019

LA DONACIÓN DE TELESCOPIOS: UN SIMPLE ACTO DE AMOR


Cuando vi que dos liceos de una pequeña ciudad de Uruguay –en América del Sur—no tenían un telescopio para enseñar Astronomía y que un grupo de astrónomos aficionados –la Sociedad Amigos de la Astronomía de Dolores—carecía de uno de esos instrumentos, decidí por mi cuenta donar uno pero, lo más importante es que sentí el llamado de amor y solidaridad que ganó mi corazón.


En ese entonces yo tenía un precedente cuando decidí que un telescopio sería un obsequio apropiado para la Asociación de Aficionados a la Astronomía que se reúne en el Planetario de Montevideo, la ciudad capital.


Eso, teniendo en cuenta la importante labor de enseñar cómo observar el cielo y entrenar a jóvenes en lo básico de la Astronomía y cuán útil sería proveerles de otro instrumento de este tipo.


Ahora en Uruguay hay dos telescopios debido a mi decisión de donarlos.


Pero en el caso de la ciudad de Dolores, sabiendo que las instituciones educacionales usarán el telescopio para enseñar a los jovencitos lo básico de la Astronomía, me dio una motivación extra para llevar el segundo instrumento de este tipo.


Y ahora quiero compartir con ustedes cuán feliz me siento por lo que he hecho. Cuán compensado estoy por el reconocimiento de la gente de Dolores y por el uso que harán del telescopio allí.


Estas son pequeñas cosas que enriquecen nuestras propias vidas, que nos muestran cuán bueno es ser generoso, y cuán agradable es tener el sentimiento de que hemos sido útiles para otros.


Y al final, puedo pensar que el día que no estaré más sobre la faz de la Tierra, sin embargo, esos telescopios continuarán sirviendo por generaciones y –en cierta forma--  continuarán diciéndoles algo de mi.


Milton W. Hourcade
©️Textos protegidos por derechos de autor




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