Tuesday, December 22, 2020

AL REENCUENTRO DE LAS AMISTADES PERDIDAS

La amistad es una cosa hermosísima, es una cosecha de vida. Es algo que se va dando a lo largo del tiempo, con el transcurrir de los años  mientras vamos existiendo.

Algo que se agota cuando alguno de estos amigos o amigas, se va para otro país, y de pronto no sabemos más de esa persona, o fallece. Y ahí tenemos una gran pérdida.¡Vaya si la tendremos!

Pero surgen nuevos amigos. Son como flores que adornan el camino de la existencia. Flores necesarias. Flores que ponen a la vida color y aroma. Flores que ponen cosas válidas.

Lo bueno del caso es que son re-cí-pro-ca-men-te  válidas. Son recíprocamente beneficiosas. De la amistad se benefician ambas partes. No es algo único. No es algo unilateral. No es algo solo. Siempre implica la interrelación. Y esa interrelación se disfruta, porque es creativa, porque toca el corazón, y toca la mente, porque extrae de nosotros lo mejor, y obtenemos de la persona amiga lo mejor.

Entonces la amistad es una experiencia de vida extraordinaria.

No somos sin los amigos y las amigas. No somos.

Gacias a Dios somos por ellos y con ellos y ellas. Y eso conforma nuestro total panorama biológico, digamos así.

Y bien, es esa estampa biológica en que somos quienes somos, porque somos con todas esas amistades, (no sin ellas), que cuando se pierde una amistad, se sufre. Yo soy un hombre muy sensible, tal vez a veces, demasiado.

Pero cuando pierdo una amistad, me duele y me duele hondo, me duele profundo.

He perdido amistades por razón de fallecimiento. Y por cierto que me ha dolido y mucho. La última amistad grande que perdí, fue una amistad desde antes de  cuando comenzamos en 1958 la experiencia del CIOVI [esa organización pionera que se encargó de investigar y estudiar el tema OVNI en mi país de origen, Uruguay].

Mi gran y querido amigo Germán Vázquez  dejó de existir en 2018, y fue un gran golpe para mí. Porque de esa generación fundacional del CIOVI, éramos los últimos dos que quedábamos, y ahora he quedado yo solo, solo…hasta cuando me toque el turno de partir. Entristece perder una amistad así.

Pero esa es una partida que hay que aceptar porque va más allá de nuestro deseo o del deseo del amigo fallecido. Es la pérdida de una amistad que resulta irreversible.

En cambio, las que duelen de otra manera son las amistades que se pierden cuando todas ellas son reversibles. Cuando todas ellas son reacomodables, cuando todas ellas son transformables, adaptables, adecuables y finalmente res-ca-ta-bles.

He perdido dos amistades en Montevideo,Uruguay, dos en México –una en Tijuana y una en el Estado de México; y una en Barcelona.

El propósito de esta charla es salir al rescate de esas amistades que me duele haber perdido. Y para las cuales estoy abierto, de corazón y de mente para decirles: regresen, vuelvan a mí de nuevo como amistades, porque aquí me tienen, abierto a ustedes para recibirles, y para retomar aquella relación magnífica que hemos tenido por tanto tiempo.

¿Por qué hago y por qué digo esto? Porque quiero empezar un año nuevo a plenitud. Quiero empezar un año nuevo recuperando la mayor cantidad de amistades posibles. Quiero empezar el año nuevo como un nuevo episodio de relacionamiento humano. Porque de eso se trata después de todo.

Ahora está en esas amistades que se han perdido, escribirme, llamarme por teléfono o por Whatsapp. Pero háganlo, se los agradeceré de corazón.

Mientras tanto, que tengan una Navidad en paz y hermosa, y que comiencen 2021 como un año de renovación en sus propias vidas. Un año nuevo en todo, y por tanto, un año nuevo en nuestra amistad. ¡Que así sea!

 

Milton W. Hourcade

Textos protegidos por derechos de autor



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