Sunday, February 13, 2011

UN PARÉNTESIS EN EL TIEMPO


Las vacaciones proveen un paréntesis en el tiempo. Porque el tiempo discurre distinto cuando se dejaron atrás el estrés, la rutina diaria, las obligaciones cotidianas.

Las vacaciones suponen un otro ámbito témporo-espacial, donde de alguna manera, somos y nos manifestamos de manera diferente.

Muy probablemente, estamos menos absorbidos por otros, retornamos a nuestra esencia, a quienes somos realmente, a ser más nosotros mismos, y no lo que otros pretenden de nosotros.

Las vacaciones son entonces en cierto sentido una reafirmacion de nuestro ser, ontológicamente considerado.

Y allí es cuando nuestras prioridades cambian, nuestros planes son diferentes, donde importan las demás personas en tanto y en cuanto nos una a ellas un vínclo familiar o de amistad, donde tenemos el placer de convivir momentos únicos, inolvidables.

Por ello las vacaciones también viabilizan encuentros, encuentros humanos al más alto nivel: el de los sentimientos.

Encuentros y reencuentros que animan lo esencial de nuestra existencia, que nos dan razón de ser, y nos impulsan a trazar planes, proyectos, y a seguir adelante.

En mis vacaciones, estoy lleno de invitaciones de amigos, reuniones sociales, abrazos y sonrisas.
Y también, lleno de una enorme expectativa, pues siempre espero algo más.

Algo cuyo tiempo se acerca. Algo que toca directamente al corazón.

Sé que hay un alma, y un ser extradordinario en muchos sentidos, que también me aguarda, para volvernos a ver, en algún momento, en algún punto del futuro, en el mismo lugar en que nos encontráramos antes.

Y ello es un acicate, para en medio de todo, seguir adelante, ¡siempre adelante!.

enigma

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