Pensamientos, sentimientos, reflexiones con sinceridad y profundidad, compartidas abiertamente.
Prosa, poesía (a veces) y música selecta, para un encuentro diferente entre quienes quieren participar de mi blog.
"En medio de la noche" se titula una famosa canción de Billy Joel.
Y me siento así, en medio de la noche y de la niebla, en este Montevide por veces gélido, y otras algo templado, en un invierno muy irregular.
Sobre todo, siento nostalgia y extraño. Extraño no estar más cerca de mis seres queridos, y de quienes guardo en forma especial en mi corazón.
Entre tanto, pienso en mi existencia, y reflexiono que he estado por mucho tiempo condicionado a ser visto por otros bajo la lupa o la lente de una particular faceta de mi actividad, a la cual, ciertamente me he dedicado seria y concienzudamente.
Pero resiento cada vez más a que la persona que busque mi nombre en la internet, o el periodista que me entreviste, me vea y quiera de mi, sólo dialogar sobre un aspecto particular de mi personalidad.
No resiento de ello, pero me parece a esta altura injusto que no pueda llegar a otros a través de mi actividad artística mediante la pintura o la fotografía.
Que no se me aprecie o reconozca aún por esas otras actividades.
Soy un ser humano completo. Alguien que ríe y llora. Alguien que es romántico, que es capaz de escribir poemas, y que es apasionado. Alguien capaz de sentir intensamente el amor y que por estar aún solo, más se lamenta de no poderlo vivir como corresponde. Todo eso soy, tengo plena consciencia de ello. Pero eso tengo que trascenderlo a otros. Y tengo el firme propósito de aquí en más a que se aprecie que soy multifacético. A que no se me reduzca a un solo aspecto de mi personalidad, de lo que soy capaz de pensar, hacer, sentir y lograr.
Todo estaba listo para mi deseado retorno a Estados Unidos.
El anuncio indicaba que el avión estaba "on time", o sea, en el tiempo correcto para partir.
Despaché mi valija, y luego de recorrer el moderno aeropuerto montevideano, me decidí a embarcar. A las 8:20 PM comenzó el llamado a los pasajeros para un vuelo que se iba a iniciar a las 9:05PM.
Pero luego de aguardar una hora casi dentro del aparato, se nos anunció que debido a la niebla el avión no salía... Frustración por dos motivos. Porque se nos pidió a todos tomar asiento para facilitar que el avión despegara cuanto antes a fin de evitar que la situación de niebla empeorara.
Y porque me queda la duda de si sólo el motivo meteorológico determinó la demora que a la postre frustró el viaje, o si los controladores aéreos a aplicaron una medida sindical que lleva a demorar de exprofeso los vuelos, que en este caso, combinado con la situación meteorológica, culminó determinando que el avión no partiera.
Como sea, estoy anclado en Montevideo por una semana más, lo cual aumenta mi deseo de llegar cuanto antes a mi casa en Virginia.
Entre tanto, aprovecharé para seguir viendo amigos, para realizar alguna actividad turística desusada, y para continuar impulsando actividades importantes que desarrollan personas que viven permanentemente en la capital uruguaya.
Hago propicia esta ocasión para expresar mi profundo agradecimiento a todos los amigos y amigas que me han recibido y agasajado. A todos quienes han querido estar conmigo, encontrarse, y compartir un café, un almuerzo o una cena. Momentos inolvidables por cierto.
Sinatra suena en Alfa FM 96.3, y aquí estoy solo en mi apartamento en una gélida ciudad de Montevideo, Uruguay, con temperaturas bajo cero y calles desiertas al anochecer del domingo 21 de Julio.
Francamente, resiento no haberme decidido a cambiar mi pasaje para retornar este lunes 22 en lugar de la próxima semana. Pero me hice de compromisos para los días siguientes.
De cualquier manera, afortunadamente es la última semana. Pronto estaré en mi hogar.
Pronto volveré a la normalidad de mi vida, a mi barrio, mis vecinos, mi casa y mis actividades.
Y también estaré geográficamente más cerca de mi familia y de personas a las que quiero mucho, y que sé se van a alegrar de mi proximidad.
Sí, retorno a Estados Unidos deseando enormemente estar ya allí.
Entre tanto, quiero compartir con Uds. una canción que vine a descubrir aquí y que en su momento la grabó aquel exitoso conjunto español llamado "Mocedades". La letra es una traducción del original en inglés, y en nuestro idioma se titula: "Donde estés tú".
Circunstancias hay en que es menester armarse de una coraza, cual la que muestra la foto adjunta.
Una coraza invisible, pero tanto más real y eficaz que la mismísima de acero. Una que nos permita soportar, enfrentar y superar los dardos del enemigo.
Los dardos de la maledicencia, los del desprecio, los de la envidia, los de una absurda omnipotencia, los de la prepotencia, los de la falta de modestia, los de la arrogancia y el insulto.
Lamentablemente hay seres humanos que muestran poco de tales, y mucho de ambición desmedida, presuntuosidad, y buscar escalar posiciones pisando cabezas.
Todo eso tristemente existe, y especialmente suele encontrarse en los ámbitos laborales.
Es entonces cuando hay que desarrollar esa coraza. Que en primera instancia, significa hacer oídos sordos a mucha cosa que como chisme y rumor suele echarse a andar por parte de gente hueca, de gente mediocre y vacía.
Luego --si ello es necesario-- con coraje, y con la calma y serenidad que dan la certeza propia, y un sentido de justicia, defender lo propio y dejar las cosas en claro.
Un tercer paso, como parte de una expresión de esa coraza invisible pero efectiva, es rodearse de personas afines a uno, que lo entienden, aprecien y valoren. Y si ello aún no fuese suficiente, buscar el respaldo de alguien por encima de los mediocres, por aquello de que "el que no tiene padrino, muere infiel".
A veces es necesario lograr que alguien de más arriba en la escala jerárquica nos respalde, saque la cara por nosotros, y se la juegue si es necesario. Eso se logra trabando buenos contactos, y haciendo amistades positivas que en su momento pueden transformarse en piezas estratégicas.
Todo ello no debería ser necesario, pero lo es, porque de lo contrario la diatriba y la difamación ganan un terreno que no les corresponde, y nosotros terminamos "pagando los platos rotos".
El efecto puede afectar aún nuestra salud. De modo que hay que estar alertas, y no ceder terreno a la iniquidad.
Hay que darse a conocer tal cual se es, y hacer que se nos aprecie por cómo somos y qué hacemos. Ganar el apoyo y la simpatía de compañeros/as de labor, y así hacer cada vez más gruesa y más fuerte esa coraza protectora.
Circunstancias hay en que es menester armarse de una coraza, cual la que muestra la foto adjunta.
Una coraza invisible, pero tanto más real y eficaz que la mismísima de acero. Una que nos permita soportar, enfrentar y superar los dardos del enemigo.
Los dardos de la maledicencia, los del desprecio, los de la envidia, los de una absurda omnipotencia, los de la prepotencia, los de la falta de modestia, los de la arrogancia y el insulto.
Lamentablemente hay seres humanos que muestran poco de tales, y mucho de ambición desmedida, presuntuosidad, y buscar escalar posiciones pisando cabezas.
Todo eso tristemente existe, y especialmente suele encontrarse en los ámbitos laborales.
Es entonces cuando hay que desarrollar esa coraza. Que en primera instancia, significa hacer oídos sordos a mucha cosa que como chisme y rumor suele echarse a andar por parte de gente hueca, de gente mediocre y vacía.
Luego --si ello es necesario-- con coraje, y con la calma y serenidad que dan la certeza propia, y un sentido de justicia, defender lo propio y dejar las cosas en claro.
Un tercer paso, como parte de una expresión de esa coraza invisible pero efectiva, es rodearse de personas afines a uno, que lo entienden, aprecien y valoren. Y si ello aún no fuese suficiente, buscar el respaldo de alguien por encima de los mediocres, por aquello de que "el que no tiene padrino, muere infiel".
A veces es necesario lograr que alguien de más arriba en la escala jerárquica nos respalde, saque la cara por nosotros, y se la juegue si es necesario. Eso se logra trabando buenos contactos, y haciendo amistades positivas que en su momento pueden transformarse en piezas estratégicas.
Todo ello no debería ser necesario, pero lo es, porque de lo contrario la diatriba y la difamación ganan un terreno que no les corresponde, y nosotros terminamos "pagando los platos rotos".
El efecto puede afectar aún nuestra salud. De modo que hay que estar alertas, y no ceder terreno a la iniquidad.
Hay que darse a conocer tal cual se es, y hacer que se nos aprecie por cómo somos y qué hacemos. Ganar el apoyo y la simpatía de compañeros/as de labor, y así hacer cada vez más gruesa y más fuerte esa coraza protectora.
