Por supuesto que nunca las cosas son tajantemente de una sola manera. Que no se puede manejar la vida y conducirse en ella con criterios a rajatabla: es blanco o es negro, y no ser capaz de advertir las zonas medias de grises.
El pensamiento maniqueísta, el pensamiento que crea polos antagónicos, las tesis y antítesis, son propios del esclerótico y obsoleto marxismo. Una de las peores lacras que aún soportan ciertos lugares en el mundo.
Lo que ocurre es que el discurso marxista es seductor. Aparentemente brinda una explicación para las cosas que ocurren en las sociedades, y una manera de supuestamente resolver esos conflictos. El problema es que históricamente ha quedado demostrado hasta el hartazgo que no los resuelve sino que los agrava. Que no trae "el reino de los cielos a la Tierra", como pretendieron impulsar los acólitos de la mal llamada "Teología de la Liberación", una simple estructura ideológica puesta al servicio del marxismo como"vagón de cola", al decir de los propios marxistas.
Pero volvamos a nuestro discernimiento. A eso de qué nos gusta y qué no. Qué conduce a nuestra felicidad y qué a nuestra tristeza, angustia y hasta desesperación.
Si hay una cosa que debemos cuidar celosamente es nuestra salud. Y hay un principio fundamental: somos un todo. No podemos separar nuestro pensar, nuestro sentir, de nuestro cuerpo físico, de nuestra entidad biológica. Y de ahí que --por aquello de lo psico-somático- toda situación que tiende a crearnos tristeza, abatimiento, desolación, termina por afectarnos físicamente.
Puede crearnos problemas al corazón, puede y de hecho reduce nuestra capacidad inmune, por tanto nos hace más propensos a enfermarnos, a que una bacteria o un virus haga estragos en nosotros.
¿Qué hacer entonces, cuando hay personas que se esfuerzan en provocarnos daño, cuando hay situaciones que nos entristecen --como el desempleo-- cuando hay una pérdida humana que nos duele hondo?
En primer lugar, crearnos mecanismos de defensa: La luz, sí la luz es uno de ellos. Dejar entrar el sol en donde se habita, o encender las luces e iluminar cuanto más se pueda el lugar.
Salir a caminar, extasiarse delante del mar, o en la inmensidad del campo, y de noche, observando el cielo.
En segundo lugar: tratar de ocupar nuestro tiempo creativamene. ¿Qué nos gusta?, lo que sea, integrémoslo a nuestra actividad semanal. ¿Hacer deporte?, ¿escribir?, ¿pintar?, ¿fotografiar?, ¿tocar un instrumento?, ¿componer música con un sintetizador o la computadora? ¿encontrarnos con amigos?, ¿ir al cine o al teatro?, ¿escuchar música? ¿ver un progama cómico en la TV? Hagámoslo.
Y finalmente, ser selectivos en nuestra memoria. Acordémonos de las cosas bonitas, positivas. Y dejemos de lado, "tiremos a la basura" las cosas feas, conflictivas, las que nos hacen daño, las que nos abaten.
En una palabra, hagamos higiene mental. Despejemos el camino.
Busquemos nuestra felicidad y hacer felices a otros, y tendremos las mayores recompensas.
Son pautas de vida. ¡Aprovéchenlas!
enigma
Textos protegidos por derechos de autor
No comments:
Post a Comment