DOMINGO DE RAMOS: FE Y NO RELIGIÓN

Se confundieron aquellos que en aquel día hicieron gran ruido en torno a la persona de Jesús, cuando entraba a Jerusalén en signo de paz, montado en un asno. La imagen más pobre y más humilde que se pueda dar.

Se equivocaron porque le creyeron un líder religioso que atando la religión a la política (cosas que siempre han ido juntas, lamentablemente) iba a encender la chispa que desataría una violenta revolución contra la ocupación romana.

Pero Jesús no iba a eso a Jerusalén. Confrontado siempre por los Fariseos y Saduceos, mirado con recelo creciente por las autoridades religiosas del Sanedrín, discutido en su autoridad por provenir del Norte, de Galilea, y no del Sur,de Judea, Jesús llega acompañado de sus discípulos y de gente simple y sencilla del pueblo que sabía quién era Él, que había sido directa recipiente o testigo de sus milagros, que había escuchado su voz y sus enseñanzas.

Y es esa gente, un grupo pequeño, la que le aclama alborozada, en medio de una muchedumbre que acude al templo a canjear animales, o dinero, para ofrendar según las normas religiosas, porque va a celebrar Pésaj --el recuerdo de la salida de una vida de sumisión en Egipto, a una vida de libertad hacia una tierra prometida.

A Jesús le subleva todo eso, toda esa multitud esclava de una religión que no alimenta sus almas; de la soberbia y vida para el engorde de los sacerdotes, y del negocio que les reditúa manipular la fe de la gente, para que ofrende animales o dinero. Jesús está asqueado de esa perversión y adulteración de la auténtica fe, tras una forma religiosa que sustancialmente es hueca. Un simple producto humano lleno de leyes y normas.

Contra eso Él entra en Jerusalén. Contra eso se yergue --sabiendo lo qué le espera-- porque nada es más fuerte en Él que transparentar la verdadera voluntad del Padre, que es el desarrollo de la fe, una fe simple, sencilla y poderosa,  y no la religión. 

Por eso, Jesús jamás puede considerarse ni ser visto como un "líder religioso". Él nunca intentó sustituir el templo por otro templo, un sacerdocio por otro, un ritual por otro. Jamás.

Él vino para proclamar el Amor divino, y para que eso se viviese auténticamente entre los seres humanos. Y para enseñar que mediante la oración, que es la plática habitual con el Ser en Sí, y la disposición del espíritu humano, es posible recibir y desarrollar en nosotros el Espíritu que pertenece al universo todo. El espíritu diferente, impregnado de lo divino. Que es como retornar a la fuente de nuestro origen. 

Para decirlo en términos comunes, el Espíritu de Dios en nosotros, el Espíritu Santo. (Santo significa apartado, reservado a Dios).

Práctica sencilla, humilde y simple. Cosa  que se vive en el campo, en la montaña, junto al río, en la playa solitaria, o en el silencio de nuestra recámara.

No demanda otra ofrenda que la de nosotros mismos.

No demanda ningún ritual, sino el darnos en amor para otros, haciendo el bien.

No demanda vestir distinto, sino ser alguien diferente en medio de la multitud, porque el Ser en Sí está en nosotros y lo llevamos con nosotros.

La fórmula es muy simple: amar al Ser en Sí (Dios) y amar al prójimo como a uno mismo.

Sé bien que hay multitud de personas honorables y de bien, que dicen: "yo no creo en Dios". No les culpo, se les ha ofrecido una imagen errónea del Ser en Sí. 

Pero muchas de ellas --si no todas-- tienen clara conciencia del bien y el mal. Muchas de ellas hablan consigo mismas, sin saber que al hacerlo están dialogando con el Ser en Sí. 

Muchas de ellas experimentan una alegría inmensa y una sensación de gratitud cuando algo feliz y hermoso les acaece, y tiemblan aterrorizadas sin atinar a qué sustentarse, cuando enfrentan situaciones extremadamente difíciles o peligrosas en que --como simples humanos-- se sienten ínfimas.

La fe (en el Ser en Sí) es un motor poderosísimo, ofrecido gratuitamente a todo quien quiera experimentarlo.

Si la tienes, sabes la bendición que ella significa para tu vida.
Si no la tienes, atrévete a probar y vivirla. Que tu inteligencia te ayude. Tú mismo/a verás los resultados.

enigma 

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