Pienso que este
es un momento muy especial en la historia de la humanidad.
Algo está cambiando en todo el planeta. Es una especie de nueva ola. Una ola de crisis, una ola de desaliento e incredulidad en las formas tradicionales de vida, la ética y la cultura.
Esta es una involución cultural. Una tendencia que está llevando a la humanidad hacia atrás y no hacia adelante, aunque las personas involucradas en la situación actual piensan que son lo nuevo en la vida, el futuro que está llegando, un nuevo mundo y una nueva sociedad que están construyendo, sin darse cuenta de lo que lo que están haciendo es destruir la base misma de la sociedad donde nacieron, para llegar a la línea de la nada.
Lo que está por delante es la nada, es la destrucción deliberada de lo que es, o fue, para sustituirla por el sinsentido de la nada o por algo que niega lo que era antes, sólo por el hecho de ser diferente, hacer algo diferente y marcar una diferencia no tanto en el contenido, como en la forma de hacer notar una agenda.
Y las agendas de hoy son simplemente oposición, oposición permanente a todos y todo lo que se ha apreciado antes por aquellos que les dieron vida.
Esta actitud llega al punto del fanatismo, donde la razón es totalmente sustituida por el "espíritu del grupo", o mejor dicho "de patota", junto con vocabulario desagradable, actos de desvergüenza y violencia brutal.
Las mujeres se convierten en seres peligrosos, el homosexualismo se eleva al grado de ideal y se le acompaña con privilegios crecientes y promoción social en detrimento de la gran mayoría de la sociedad.
Por otro lado, es notable el crecimiento exponencial de sectas de cualquier tipo de estilo y orientación, donde generalmente un líder indiscutible es venerado y aceptado sin la sombra de una crítica o duda, y la gente está sometida a lo que dice el líder.
En algunos casos, esto se complementa con el uso de drogas para provocar estados alterados de conciencia, cuando pueden ocurrir ciertas cosas paranormales.
Para mí, esto último e incluso todas las demás, sean sectas ideológicas o políticas, terminan en un factor común: la falta de pensamiento, la falta de capacidad para asumir responsabilidad como seres humanos, la entrega de decisiones importantes a la voluntad de un líder u otros, al grupo en sí mismo; la falta de uso del cerebro, la razón y el sentido común.
En algunas personas hay una necesidad desesperada e impresionante de pertenecer a algo y creer. Dejando a un lado las viejas formas de creer, estas nuevas son totalmente falsas e insuficientes. Son una parodia de los motivos reales para creer. Hay un enorme agujero lleno de material inapropiado, falso y perjudicial.
La línea final de toda esta situación es la muerte; La extinción de una civilización, un suicidio colectivo.
¿Estamos todavía a tiempo de revertir esta tendencia universal? Me temo que se ha perdido mucho tiempo y lo que queda es muy poco. Costará un sacrificio enorme, pero aún tenemos tiempo para hacer algo. Pero es urgente. De lo contrario, nos vamos a extinguir.
Milton W. Hourcade
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