Mientras compartí mi
dolido corazón con millones de seres humanos en este mundo, y sentí mi espíritu
quebrantado cuando la tremenda triste noticia de que la catedral de Notre Dame
se estaba incendiando, es más que interesante, realmente chocante e imposible
de entender la actitud asumida por ciertos individuos y grupos.
Generalmente viviendo
en la cohesión que provee un pequeño grupo que se retroalimenta a sí mismo,
siendo una expresión solitaria, algunas personas celebraron el incendio.
Y es esta realidad la
que me hace preguntarme ¿qué clase de humanidad es esta?, dividida, fracturada,
antagonista, pero sobre todo irracional, brutal, violenta, incapaz de
extasiarse con el arte, irrespetuosa al extremo de hacer chistes de muy mal
gusto ante la tragedia.
A veces me pregunto
cómo es posible que algunas personas puedan estar tan alienadas. ¿puede ser un
virus el responsable de eso? ¿puede ser el creciente uso de drogas ilegales?,
¿puede ser que están bebiendo agua contaminada?
Realmente no lo sé,
pero actúan y piensan de tal forma anormal que llega a ser una realidad chocante
y lamentable.
Y cualquiera quizás
se estará preguntando ¿es apenas una mera coincidencia que el incendio de la
Catedral ocurriera en esta Semana Santa?
Personalmente, no me
quedo en la superficie. Me gusta ir más profundo, y para mí, no es un rechazo a
la Iglesia Católica, sino que al final y esencialmente, es un rechazo a Jesús.
Jesús perturba
profundamente la conciencia de todos quienes se saben a sí mismos hacedores del
mal, quienes saben que sus pensamientos son retorcidos y que viven en grave
carencia de moral. Es por esto que la sociedad les rechaza, pero cuando son
rechazados, terminan odiando a la sociedad como un todo, y a Jesús que les
cuestiona.
La Catedral de Notre
Dame es un monumental lugar de arte, de la cultura de siglos, también un lugar
para turistas que disfrutan los muchos vitrales, esculturas, pinturas, y la
maravillosa música procedente de su órgano.
Esta catedral que fue
construida por masones, revela en las baldosas negras y blancas de su piso y en
los símbolos tallados en sus columnas, tal origen.
Esta catedral
pertenece a París, a Francia y a todo el Mundo. Como el Taj Mahal en india, las
Pirámides en México, la Gran Muralla en China, el Palacio de Invierno en San
Petersburgo, Rusia, y tantos otros monumentos y construcciones debidos al
ingenio, la creatividad y el sentido de belleza de sus constructores.
Ellos pertenecen a
toda la humanidad. Ellos representan lo mejor de lo que podemos hacer.
Por lo tanto, todas
esas expresiones menores –aunque ruidosas—y abusando de los medios sociales, no
cambiarán la voluntad y los sentimientos de la vasta mayoría de la gente que
puebla el planeta.
De una vez por todas,
cordura y sentido común deben prevalecer. Es por el bien común y la
preservación de la humanidad, de valores esenciales y buenos sentimientos.
Milton W.Hourcade
Textos protegidos por derechos de autor.
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