Pensamientos, sentimientos, reflexiones con sinceridad y profundidad, compartidas abiertamente.
Prosa, poesía (a veces) y música selecta, para un encuentro diferente entre quienes quieren participar de mi blog.
Roberto Carlos es uno de mis cantantes preferidos. De siempre, desde que comenzó su estupenda carrera muy joven.
Le recuerdo un día, con su guitarra, haciendo fila para abordar el mismo avión que yo. Entonces era casi un desconocido.
A lo largo de los años, Roberto es un símbolo de Brasil. Su voz y su estilo son muy especiales, únicos.
Le ha cantado a la amistad, a la fe, y sobre todo, al amor. Sin duda, su cancionero más amplio pertenece al rubro romántico.
Es imposible abarcar todas sus canciones, recordarlas todas, pero hay una que me atrajo desde el primer momento que la escuché, hace décadas.
Me gusta por su música, me gusta por su letra, por el mensaje que comunica, y también, porque tiene una arista de fina ironía. Esa canción lleva por título: "Detalles", y hoy con gusto la comparto con ustedes.
Lamentablemente hay sólo dos versiones. Una en vivo, en un concierto, donde el propio Roberto Carlos se acompaña con su guitarra, pero está mitad en español y mitad en portugués. Entonces decidí incluir aquí, la única otra versión, de un Roberto Carlos joven, pero cantada íntegramente en español.
Milton W. Hourcade Textos protegidos por derechos de autor
Esta semana me mudé del departamento en el que
vine a vivir a Iowa City a una casa a tres cuartos de milla de distancia.
La razón principal es que el apartamento no era totalmente cómodo para mí.
Necesito más espacio.
Pero mudarse es una tarea difícil. Aunque contraté una empresa para empacar
las cosas y transportarlas al nuevo lugar, una vez allí, miras a tu alrededor y
te encuentras en medio de un bosque de cajas.
Abrir todas y cada una de las cajas es un trabajo aburrido y exhaustivo, y al
final de cada día sientes dolor en tu cuerpo y realmente te cansas.
Esto se multiplica por el hecho de que tengo que hacer todas las cosas por
mí mismo. Aunque le debo a mi querido hijo la ayuda que me puede dar, sin
embargo, tiene que atender su trabajo como profesor en la Universidad, y
finalmente es mi responsabilidad hacer un esfuerzo para tener mi nuevo lugar en
orden y funcionando tan pronto como sea posible.
Es por eso que no pude comunicarme como lo hago habitualmente a través de
este blog, y también a través de otros medios.
This week I moved from the apartment I came to live in
Iowa City to a town-house three quarters of a mile away.
The main reason is that the apartment was not totally
comfortable for me. I need more space.
But moving is a hard task. Although I contracted a
company to pack the things and transport them to the new place, once there, you
look around and find in the middle of a forest of boxes.
Opening each and every box is a boring and exhaustive
work, and at the end of each day you feel pain in your body and really get
tired.
This is multiplied by the fact that I have to do all the
things by myself. Although I owe my dear son the help he could give to me,
nevertheless, he has to attend his job as a Professor at the University, and
finally it is my responsibility to make an effort to have my new place in order
and functioning as soon as possible.
That is why I couldn’t communicate as I usually do
through this blog, and also through other media.
Muchas veces veo en
televisión el pedido de ayuda para mascotas que han
sido abandonadas. Perros
mayormente y algunos gatos dejados por quienes les tuvieron y disfrutaron en
sus hogares. De pronto, desaprensivamente, sin remordimiento alguno, les
abandonan dejándolos a suerte y verdad.
En circunstancias
aparece algún alma caritativa que les da algo de comer tal vez,pero de tanto en tanto.
Entonces una
organización protectora de animales, les rescata, les lleva, les da un lugar
adecuado donde estar, les limpia, les cura si es necesario y les alimenta.
Ahora protegidos, es posible que aparezca un nuevo dueño que les lleve a su
hogar.
Como esas mascotas,
muchos hombres son abandonados por mujeres después de haberles hecho sentir
amor, pasión y todas las dulzuras de la vida en pareja. Luego de haberles hecho
vivir momentos extraordinarios.
Y allí quedan, a la
vera del camino de la vida. Solos, desechados y de pronto hasta despreciados y
maltratados por aquella misma que dijo amarles.
Es natural que estos
hombres estén sumidos en la amargura, en el dolor que no se va, en el recuerdo
que les arde como alcohol echado en herida abierta.
No pueden entender ni
concebir cómo les ha sucedido eso. Se preguntan una y otra vez qué error
cometieron, qué daño –acaso—hicieron. ¿Cómo es posible que todo aquel amor que
ella les declaró mirándoles a los ojos y susurrándoselo en sus oídos, y toda la
pasión que compartieron, de pronto haya podido cesar, sin motivo aparente
alguno?.
Vicente Fernández
(más conocido como “Chente”) es un cantante mexicano quien tiene una canción
que describe bien esa desgraciada situación. La canción se titula “El último
beso”, y en una parte dice: “Pero ahora ya lo sé, tú te fuiste de mi lado, hoy
mi mundo está al revés, es un mundo desdichado.”
Hay un escritor
latinoamericano, que frecuentemente publica hermosos poemas en Facebook. Y
todos ellos expresan elocuentemente los sentimientos de dolor, de anhelo, de
cuánto extraña a aquella de quien sigue enamorado.
Me tomo el
atrevimiento de reproducir aquí su último poema –excelente como siempre—que
publicó hoy, 14 de Noviembre de 2019 en Facebook.
La única diferencia
que tengo con este autor, es que yo ya dejé de estar enamorado de quien me
dejó. Apenas me conformo con que pudiese haber una cierta amistad.
Pero ni eso…
Entoces me pregunto ¿cómo
es posible tanta frialdad, insensibilidad, que llega a ser crueldad?. Y
continúo sin entender.
¡El ser humano a
veces se deshumaniza en grados extremos!, y esto es profundamente lamentable.
Mario Benedetti tiene
una atracción especial para mí por la forma en que dice cosas, por algunos de
sus poemas y novelas, y sobre todo –aparte del hecho de una investigación
histórica que hice acerca de los lugares donde trabajó y vivió en Montevideo— porque
cada vez que veo una de sus fotos, encuentro la imagen de un hombre bonachón,
fácil de tratar, que imagino hablaba lenta y calmadamente.
Lamento el hecho de
que cuando viví por años en Montevideo nunca traté de reunirme con él y nunca
nos encontramos casualmente.
Hace unos días estaba
leyendo algunos de sus poemas y repentinamente me encontré con una frase que me
gusta reproducirla hoy aquí.
Me gusta hacerlo
porque ella habla de una parte de mi vida. Creo que nadie podría hacerlo mejor,
porque Mario tiene simpleza y profundidad.
Y aquí está:
Es también una forma de ir dejando el pasado atrás.
Mario Benedetti has a special attraction to me for the
way he
says things, for some of his poems and novels, and above all, --besides
the fact of a historical investigation I made about the places where he worked and lived
in Montevideo— because every time I look at any of his pictures, I see a man
affable, easy-going, that I imagine spoke slowly and calmly.
I regret the fact that when I lived for years in
Montevideo I never tried to meet him personally, and we never encounter
accidentally.
Some days ago I was reading some of his poems and
suddenly I met with a phrase that I like to reproduce today here.
I like to do so because it speaks about a part of my
life.
I think no one could say it better, because Mario has
simplicity and deepness.
And here it is:
“They
didn’t have a happy end but they smiled all the hours they spent together...
only for that, it was worthwhile.” - Mario Benedetti