Sunday, February 7, 2010

RUIDO DE PALAS

La nieve cesó, el sol volvió a lucir en un cielo despejado….es Domingo, el Día del Señor!

Y entonces el ámbito se llena de ruido de palas. No las mecánicas, sino aquellas que demandan del esfuerzo físico, de los músculos, y provocan el sudor humano.

Racimos de gente por aquí y por allá, van procurando primero quitar la nieve que está delante de sus vehículos y al costado, para poder encender el motor, poner la calefacción al máximo apuntando al parabrisas, y mientras eso ocurre, seguir paleando nieve.

Cuando el vehículo ha sido liberado de su cerco blanco, --esta vez de casi un metro de altura-- llega el momento de quitar la nieve que se le ha acumulado encima.

Esta vez no basta una escoba, hay que utilizar la pala misma. Es demasiado lo que se acumuló.

Y luego hay que comenzar a palear esa nieve que cayó al piso, y volvió a crear un cerco blanco en torno, sólo que esta vez más fácil de cargar en la pala, y trasladarlo a una montaña de nieve, ubicada a unos 10 metros de distancia.

Son 10 metros de ida con la pala cargada –y la nieve pesa-- y luego retornar con la pala vacía para volverla a cargar.

El ruido de palas retumba en el ambiente. Toda la gente está haciendo lo mismo, hasta que comienzan a aparecer los colores y las imágenes de los vehículos que habían estado sepultados.

El sol facilita la tarea, y así van pasando las horas.

Unos vecinos se ayudan con otros, es demasiada tarea para uno solo.

De a dos, con otro vecino, pude lilberar mi auto. Cuando volví a mirar el reloj, habían pasado 2 horas y 40 minutos.

Y cuando algunos hemos terminado la tarea, vienen otros cuyos vehículos aún estaban sepultados, para hacer también su trabajo, hasta dejarlos en condiciones de poder usarlos.

El resto ya no depende de uno, sino de que las calles estén en condiciones de ser transitadas. De que las palas mecánicas y la sal y arena, haya hecho su efecto para despejar la calzada, y poder ver el hormigón o el asfalto, sin nieve o hielo que lo oculte.

Esa ya es otra historia, y la de conducir sobre una zona no totalmente despejada de nieve, puede convertirse en una verdadera trampa.

De modo que uno puede movilizarse cuando se restablecen mínimas condiciones de seguridad, para no tener accidentes.

Así son las cosas por estos lares.

Y como si todo esto aún no hubiese sido suficiente, los meteorólogos están pronosticando otra nevada –la sexta de este invierno-- para el próximo martes….

Pensándolo por el lado más positivo, dos horas y media de ejercicio, de brazos, torso y piernas tensados, de buen sudor, no viene mal después de todo.

Tal vez al final de la temporada, terminemos más en línea…. Es un consuelo, ¡al menos!




enigma

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