Como quien no quiere la cosa, ha pasado ya prácticamente un año más.
Uno más en la brevedad de nuestras existencias humanas individuales.
Uno más que añadió experiencias tal vez nunca antes vividas, situaciones jamás imaginadas si quiera, drama y alegría, euforia y desazón, profunda tristeza y enorme gozo.
Asi se van conformando nuestras vidas.
De todas esas situaciones variadas y diferentes aprendemos, o deberíamos aprender una lección.-
Muchas de esas situaciones, hacen desarrollar habilidades o capacidades que nos sorprenden a nosotros mismos. Que desconocíamos poseer.
A lo largo del año que hemos vivido, hemos podido hacer nuevas amistades, y eso en lo personal es para mi muy importante. Porque las amistades son nuestra propia cosecha, son lo que vamos suscitando con nuestro hacer, y nuestro ser.
Y en medio de esas amistades, una, una muy singular, muy especial, que no puede resumirse o reducirse a una amistad como todas las demás. Porque lo que comenzó como una amistad fue creciendo hasta transformarse en el sentimiento más excelso que el ser humano puede desarrollar. Uds. ya saben cuál es, no necesito decirlo nuevamente.
Y ha sido ese sentimiento el que ha dado nuevo sentido a mi vida, el que ha fortalecido mi alma, el que me dio sostén en las horas más dificiles que me tocaron vivir, con una expresión solidaria, y de cercanía --superando la distancia geográfica-- mediante los instrumentos de la comunicación.
Hoy por hoy es mi signficante, mi razón de ser, y lo que quisiera pudiera ser mi futuro seguro para 2011. Eso no sé si será posible, pero lo aguardo con expectativa, y con fe.
No sé qué me deparará 2011. Pero sí sé qué quisiera que me deparara. Y fundamentalmente, es un nuevo comienzo, diferente, distinto a cuanto he vivido, un verdadero desafío, pero que asumo con responsabilidad y con férrea voluntad, si tengo la ocasión.
Pero el Ser en Sí nos conoce, y sabe qué es lo mejor para cada uno de nosotros. De modo que este año que se avecina ya está puesto en oración. Porque espero de la Divinidad, repuestas en el plano real, a mis sueños y anhelos más grandes. Y principalmente, a poder vivir la belleza, la cotidianidad y compañerismo, el compartir, que se sintetiza y da en el grupo humano fundamental, cual es, la pareja.
Llevo meses viviendo en soledad, y ésta, con su silencio atroz, deshumaniza, y es como una cárcel sin rejas.
Espero definitivamente romper esa soledad en 2011. Espero iniciar un camino de vida nueva, y anhelo hacerlo con quien se ha adueñado legítimamente de mi corazón.
Si me equivoco, si erro, está entre las posibilidades de todo ser humano. ¡Pero estoy decidido!
Porque mi apuesta esencial es al amor.
enigma
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