Se había ido al Distrito Federal, desde su original Veracruz luego de haber sufrido varias amenazas.
Este suceso provocó la reacción de muchos mexicanos que se dieron cita a lo largo y ancho de su país, para pedir justicia y para que no haya más asesinatos a periodistas, cuya lista --desgraciadamente-- es larga en ese país.
Hace apenas dos noches, en un hecho bochornoso en la historia de la política estadounidense, un pretendido candidato a presidente, llamado Donald Trump, actuando con la brutalidad y el exacerbado egocentrismo que le caracteriza, hizo sacar por personal de su seguridad, al periodista Jorge Ramos, Jefe de Prensa de Univisión.
Ramos es ampliamente conocido en todo Estados Unidos y muy respetado por la comunidad hispana de esta nación.
Trump no pudo ni quiso contestar ninguno de los temas que Ramos le planteó. Le faltó el respeto, le trató despectivamente mostrando su exacerbada xenofobia, y especialmente su aversión a los mexicanos.
Y apenas ayer, 26 de Agosto, Alison Parker, una reportera de 26 añosy su camarógrafo Adam Ward de 27 años, en plena tarea, fueron muertos a balazos, y la entrevistada
gravemente herida, por un individuo que había sido ex-colega de ellos, y que evidentemente, tenía serios problemas de personalidad.
El asesino ya había sído despedido de 3 canales de televisión. Su rencor hacia los blancos, y hacia sus ex compañeros de tarea en el Canal WDBJ de Roanoke, Virginia, le llevó a dispararles y filmar su crímen para luego subirlo a YouTube.
Huyendo de la escena en un vehiculo, el mismo apareció estrellado a la vera de la Ruta 66, y cuando la policía llegó al lugar, el individuo se habia autoinfligido un balazo.
Hoy todo Estados Unidos llora la pérdida de dos promisorios y valiosos jóvenes dedicados a la hermosa tarea de informar.
En efecto, los periodistas tenemos oportunidades únicas de tratarnos con verdaderas eminencias, con personalidades destacadas en diversos ámbitos de la actividad humana, política, deportes, ciencia, arte, etc. Tenemos también la posibilidad de ser enviados a distintos lugares de un país, o al exterior, para cubrir acontecimientos de relevancia.
Tenemos el disfrute de poder hacer entrevistas con preguntas bien pensadas y elaboradas, que respondan al interés del público y a su necesidad de estar adecuadamente informado.
Tenemos la ocasión de esclarecer situaciones, de formar opinión, y de mantener una postura en favor de los derechos civiles, contra la discriminación, por la libertad y la democracia auténticas, por la justicia a todo nivel. Por eso, molestan los periodistas que descubren la corrupción, los tejes y manejes de la politiquería sucia, las fallas de los sistemas oficiales, la connivencia con los narcos y otros delincuentes, el contrabando,la trata de personas, y un gran etcétera.
No ha de extrañar que los periodistas sean como una mosca en la oreja para dictadores y aspirantes de tales. Y que también les resulten incómodos a políticos que no quieren ver expuestas en público sus falencias.
De ahí que se pergeñen leyes para amordazar a la prensa. De ahí que se expulse a un periodista que en una conferencia de prensa, estaba haciendo un planteo para fundamentar sus preguntas. De ahí que se asesine a periodistas que con sus cámaras o sus palabras, denuncien situaciones que no son del agrado de ciertos círculos de poder.
Esta es la contracara que tiene la tarea periodística. Es hermosa por un lado, pero peligrosa por el otro.
Pero a la prensa se le respeta, no se le acalla ni se le amordaza, y tampoco se le amenaza, chantajea o extorsiona.
Eso es lo que pienso.
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